A 11 años de la peor pesadilla
El 3 y 4 de diciembre de 2013, hace 11 años, la Policía de Córdoba llevaba adelante una inédita huelga y dejaba a la ciudad de Córdoba librada al azar. Aquella doble jornada, el mundo supo que la humanidad es capaz, en pleno Siglo XXI, de volver a la época de las cavernas.
La información nos obliga a recordar la huelga policial en reclamo de aumentos salariales, protesta que había iniciado en noviembre y de la cual, el gobierno provincial no había tomado nota suficiente. Esa misma información indica que le gobernador de entonces, José Manuel De la Sota, al tanto de la impaciencia de la fuerza policial, había asumido compromisos en el Exterior y que los sucesos lo sorprendieron en Panamá, desde donde debió volver de urgencia.
La ausencia de la policía en las calles mostró lo peor de nosotros: aquellos que salieron a robar como si no existieran normas y pactos tácitos humanitarios. Y los que, a su vez, pretendieron hacer justicia por mano propia acudiendo a los más bajos instintos, movilizados por el odio y la venganza de clase y no por sentimientos de justicia. Córdoba fue, al mundo, la cara de la peor humanidad: aquella que es incapaz de ver en el otro a un par. Fuimos, esos dos días, nuestros peores enemigos.
Por fin vienen las especulaciones políticas. El kirchnerismo y Córdoba jamás se llevaron bien. No obstante, la por entonces presidenta Cristina Fernández, tan sólo dos años antes había ganado las elecciones en esta provincia con más de 30% de los votos. Tras el autoacuartelamiento, el espacio político conducido por Fernández jamás pudo recomponerse. Si bien la responsabilidad primera le correspondía el Ejecutivo provincial, la denuncia del propio gobernador sobre la negativa de Casa Rosada para asistir a Córdoba representó un divorcio sin vuelta atrás entre buena parte de la sociedad cordobesa y el peronismo nacional.