Concierto para celebrar el Patrimonio cultural de Córdoba y el mundo
Se presentan actividades culturales para poner en relieve el valor histórico y patrimonial de la Manzana Jesuítica.
Se presentó el Coro de Cámara de la Provincia en el marco de las actividades programadas para celebrar el valor histórico y patrimonial de la Manzana Jesuítica.
Se está recordando el 20 aniversario de la declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (2000) junto con las Estancias Jesuíticas de Caroya, Santa Catalina, Jesús María, Alta Gracia y La Candelaria.
Con la dirección musical del maestro Guillermo Pellicer, el coro estable del Teatro del Libertador interpretó Hanacpachap, un himno escrito en lengua quechua, dedicado la Virgen María, primera composición musical polifónica firmada en la América Virreinal, además de dos obras del compositor español Francisco Guerrero, nacido en Sevilla (1528-1599), uno de los grandes compositores de música sacra del Renacimiento español. De Gerrero, el coro grabará Niño Dios de amor herido y A un niño llorando al yelo.
Estas obras fueron registradas para la celebración de la Manzana de las Luces en el Patio del Colegio Nacional de Monserrat. Las obras son presentadas en el canal de YouTube de la Universidad Nacional de Córdoba.
Córdoba en el mundo
La Manzana Jesuítica comprende la Iglesia de la Compañía de Jesús, la Capilla Doméstica, la Residencia, también la Universidad Nacional de Córdoba, que a la vez alberga el Museo Histórico y la Biblioteca Mayor, y el Colegio de Nacional de Monserrat. La declaratoria, firmada en noviembre de 2000, incluye a las cinco estancias jesuíticas de Jesús María, Colonia Caroya, Santa Catalina, Alta Gracia y La Candelaria.
"La Manzana Jesuítica de la ciudad de Córdoba, que fue uno de los núcleos de la antigua provincia del Paraguay de la Compañía de Jesús, comprende la universidad, la iglesia, la residencia de los padres jesuitas y el colegio Montserrat. Este conjunto y las cinco estancias jesuíticas de las sierras cordobesas albergan edificios religiosos y seculares ilustrativos de una experiencia religiosa, social y económica sin precedentes, que se llevó a cabo entre los siglos XVII y XVIII y duró más de 150 años.", sintetiza el Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO.