El Alzheimer y el amor incondicional en la película "La memoria infinita"
De la directora chilena autora de "El agente Topo", la película disponible en Netflix muestra el deterioro irreparable que provoca el Alzheimer y el amor que acompaña y reconforta hasta el final.
Por recomendación de una amiga como es Graciela Pedraza, periodista y escritora, con la que comparto gustos y afinidades, me decidí a ver "La memoria infinita", estimulada por lo que conozco de la directora, la chilena Maite Alberdi.
Recuerdo que esta creadora fue quien nos emocionó y nos hizo reir y llorar con "El agente Topo" la película de 2020 que mostraba a un señor de 83 años que lograba un contrato laboral para infiltrarse en un geriátrico y mostrar cómo se vive (o no) en esas instituciones. La película estuvo nominada al Oscar, perdió ante "Mi maestro el pulpo" otro gran documental de ese año, aunque yo, particularmente hubiera votado por el Topo, por involocrarse con un tema tan difícil como es la vejez y el trato, o destrato que le damos.
Volviendo a "La memoria infinita": esta cinta sigue a Augusto Góngora (1952/2023) un reconocido periodista y conductor de TV chileno, luego de ser diagnosticado con Alzheimer a los 62 años. Durante los últimos 9 años de su vida, su mujer la actriz Paulina Urrutia, quien fuera Ministra de Cultura del Michelle Bachelet, se encarga de su asistencia y esto deriva en un testimonio tan dramático como luminoso.
A través de escenas pasadas de la vida del periodista (flashback), lo vemos como un comprometido comunicador de la época del gobierno de Pinochet, fragmentos de entrevistas al escritor Pedro Lemebel, actor en una película de Raúl Ruiz y padre cariñoso con sus hijos pequeños, ahora adultos, frutos de su primer matrimonio.
La vida en común con Paulina, el gran amor de Góngora, comenzó en 1997, cuando ella tenía 26 años y él 43. Es conmovedor el cuidado que pone la mujer en el día a día en ayudarlo a sostener un pasado que le va robando el Alzheimer al tiempo que emociona como a ella, en este trance de pérdida simultánea, no la cuida nadie.
La lectura funciona como un motivo para el enfermo para sostenerse conectado, efecto que se irá diluyendo con el tiempo y quedará aferrado a libros que ya no podrá leer. Es apenas un detalle de las sucesivas pérdidas que van ocurriendo en el transcurso del documental. La cámara es respetuosa en el día a día, con todo el dolor que significa para una pareja asistir a la enfermedad irremediable de uno de ellos, mientras el otro (la otra en este caso), sostiene, apaña, reconforta.
En sus últimos tiempos de lucidez, Góngora consintió en que se registre esta parte de su vida, no podía negarse, él había mostrado los momentos más oscuros de la época de la dictadura chilena, había sido el conductor cultural de la televisión pública de su país y es autor de varios libros que relatan la memoria de su pueblo, por lo tanto sentía justo abrir las puertas de su intimidad para dejar testimonio de sus últimos años con un fin artístico y revelador.
La película duele, pero al mismo tiempo es una luz que revela que el amor es posible aún en los momentos de mayor decadencia y deterioro. Y el filme la muestra a ella amorosa y valiente y a él agradecido y cariñoso ante la infinidad de gestos que recibe en el día a día.
Vemos el trailer
La memoria infinita / The Eternal Memory (Chile/2023). Guion y dirección: Maite Alberdi. Fotografía: Pablo Valdés. Edición: Carolina Siraqyan. Música: Miguel Miranda y José Miguel Tobar. Duración 85 minutos. Disponible en Netflix y Paramount+.