María Teresa Andruetto, en el cierre del CILE
La escritora cordobesa participará del cierre del Congreso de la Lengua Español. Mirá el especial Ríos de Tinta de Canal U.
Andruetto nació en Arroyo Cabral, localidad de Córdoba en el año 1954. Ya hace más de treinta años que interviene en el campo de la literatura infantil y llevó a cabo varias actividades en el mismo. Algunas de sus labores realizadas fueron la formación de docentes, dirección de colecciones, fundación de centros de estudio y revistas especializadas, entre otras.
Posee un extenso trabajo literario en el cual se encuentran los libros "Stefano", "Veladuras" y "Caleidoscopio", las antologías "Somos Memoria", "La Luna en las Quimbambas", entre otras. También realizó obras poéticas como "Pavese-Kodak" y "Beatriz", e incluso escribió la obra teatral "Enero" en el año 2006.
Debido a sus obras, recibió el premio Luis de Tejeda 1993 y Fondo Nacional de las Artes 2002. Además, fue finalista del premio Rómulo Gallegos por su novela “Lengua Madre” en el 2011. Un año después recibió el premio Hans Christian Andersen, otorgado por la Organización Internacional para el Libro Juvenil (IBBY). Es la primera escritora argentina y en lengua española en recibir el reconocimiento.
Su obra se estudia en universidades tanto americanas y europeas. Su narrativa ha sido editada en diferentes idiomas y su obra ha sido utilizada como base para la creación de otros artistas. Se realizaron diferentes adaptaciones de ellas como cortometrajes, coreografías, espectáculos de narración oral escénica, espectáculos poético-musicales, adaptaciones teatrales, entre otros.
La escritora participará en el 8° Congreso Internacional de la Lengua Española, durante su cierre el día 30 de marzo en Teatro del Libertador General San Martín. En una invitación que la honra tanto como la desafía, decide plantearse el pensar a la lengua y al lugar que ocupa el escritor en relación con ella. También analiza a la lengua como el ámbito propicio en el que alguien puede generar pensamiento. Además, propone la contemplación de los desafíos de la lengua, al ser la misma el territorio que lo atraviesa todo, el lugar donde convergen multitud de cuestiones.