Terapia de conversión sexual: Cómo dejar de ser gay
El documental “Pray Away: La cruz dentro del clóset”, dirigido por Kristine Stolakis, expone la falacia de las mal llamadas “terapias de conversión” a las que se somete a integrantes de la comunidad LGBTQ y que son promovidas por grupos religiosos cristianos.
Pray Away: La cruz dentro del clóset
Históricamente y hasta la actualidad, las mayores religiones del mundo han tenido una actitud condenatoria hacia las personas que manifiestan una conducta homosexual ya sea que la consideren un problema moral o biológico.
En occidente las religiones que más han influido en la descalificación y castigo de la homosexualidad son las judeocristianas en sus diversas expresiones.
Es importante tener en cuenta esto porque toda metodología tendiente a terminar radicalmente con la homosexualidad, tendrá indefectiblemente el mismo origen religioso, cualquiera sea la forma en que se presente..
Las terapias de conversión sexual son una serie de prácticas pseudocientíficas aplicadas para lograr un cambio en la orientación sexual, la identidad, o la expresión de género de personas que difieren con una heterosexualidad binaria cisgénero.
De esta manera intentan eliminar o disminuir los deseos y comportamientos de la persona homosexual, con el fin último de convertirla en heterosexual.
Estos métodos, presentados como la cura para una enfermedad, terminan poniendo en peligro la estabilidad e incluso la vida misma de las personal LGTBQ.
Las terapias de conversión se conocen también como ECOSIG (Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género)
Para encontrar el origen de estas terapias tenemos que remontarnos a Sigmund Freud quien sostenía que los humanos eran bisexuales por nacimiento y que la homosexualidad o la heterosexualidad se manifestaban por una combinación de factores relacionados con el entorno, que interactuaban con los impulsos sexuales biológicos. Sin embargo Freud no consideraba a la homosexualidad como una enfermedad y dudaba que pudiera revertirse, particularmente cuando un niño superaba cierta edad.
Luego de la muerte de Freud en 1939, vino el auge de los tratamientos que modificaban la conducta y que formaron parte de lo que se conoce como terapia de reorientación o conversión sexual.
Psiquiatras y psicólogos como Edmund Bergler, Joseph Nicolosi y Charles Socarides promovieron el uso de estas técnicas a la vez que consideraron a la homosexualidad como una enfermedad.
En los años 50, en la primera edición del Manual para el diagnóstico y la estadística de desórdenes mentales (DSM-I; Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), la Asociación Psiquiátrica Estadounidense (American Psychiatric Association) clasificaba la homosexualidad como un desorden mental.
En esta época se aplican las técnicas de conversión más agresivas como la ablación de clítoris, la castración, el tratamiento hormonal, la terapia de aversión, el recondicionamiento masturbatorio, la terapia de electrochoque y la psicoterapia, entre las más comunes.
Terapia de aversión
El método consistía en asociar un castigo con el estímulo que se quería eliminar. Se utilizaban drogas que producían náuseas o corrientes eléctricas sobre el cuerpo del paciente a la vez que se le mostraban imágenes eróticas con personas del mismo sexo para provocar de esta manera su rechazo.
Recondicionamiento masturbatorio
El paciente debe masturbarse utilizando los estímulos que se consideran inadecuados, que serían imágenes de situaciones homosexuales. Cuando alcanza el orgasmo se le hace visualizar los estímulos considerados adecuados como imágenes de personas del sexo opuesto.
En 1969, con los disturbios de Stonewall surge el movimiento LGBT que aumenta cada vez más su presión hasta que en 1973 el APA desclasificó la homosexualidad como un desorden mental. Las terapias de conversión fueron desacreditadas al comprobarse que aumentaban el riesgo de aislamiento, depresión y suicidio en las personas afectadas.
Sin embargo en 1992 la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales, sustituyéndola con la orientación sexual egodistónica.
La “Orientación sexual egodistónica”, se aplica a personas que sienten malestar a causa de su sexualidad y si bien dicho malestar es provocado justamente por un entorno que discrimina y aísla a las personas LGTBQ, la definición le da protagonismo a psicoanalistas que rechazaban las antiguas terapias de conversión.
Estos supuestos profesionales plantearon que la homosexualidad era originada a nivel inconsciente por conflictos sucedidos en la infancia.
Los conflictos podían resolverse a través de la psicoterapia y se vuelve al concepto de que la homosexualidad puede curarse.
El siguiente movimiento de dio cuando grupos religiosos cristianos juntaron a gays que querían dejar de serlo con psicólogos de dudosa reputación.
Surge así una nueva terapia de conversión con la conformación de grupos de ex gays que salen a predicar que con el psicoanálisis, la autoayuda y la oración se puede superar la homosexualidad.
Tal es el caso del grupo Éxodus International, uno de los grupos más grandes del movimiento ex-gay.
Fundado en 1976, Exodus International se autodisolvió en 2013 y pidió perdón por el daño causado durante todo ese tiempo, a sus pares LGTBQ.
Pero cada día surgen nuevos grupos de ex gays que promueven superar la homosexualidad con oración. Sólo por el bien de sus hermanos. Amén.