The dropout: finge, finge, hasta poder lograrlo
Creada por Elizabeth Meriwether ('New Girl'), 'The Dropout' es una interesante miniserie que cuenta cómo Elizabeth Holmes llegó a ser multimillonaria muy joven a partir de una mentira, y hace un profundo análisis de la cultura de Silicon Valley, con perspectiva de clase y género.
La miniserie (basada en el podcast homónimo de investigación de ABC News y a su vez en un caso real) cuenta la historia de Elizabeth Holmes, una joven que a los 19 años abandona la Universidad y, siguiendo el ejemplo de su ídolo Steve Jobs, quiso convertir su start up en la gran revolución de la industria farmacéutica. Para eso creó Theranos (mezcla entre terapia y diagnóstico). El problema es que su invento nunca pudo funcionar y nadie lo sabía. Holmes y su equipo utilizaron todo tipo de trampas y mentiras para mantener el barco a flote a costa de diagnósticos falsos y tremendamente peligrosos.
El caso Holmes-Theranos ya había sido abordado por informes periodísticos (el principal fue uno de The Wall Street Journal que en la serie tiene un papel principal), libros y hasta un documental como The Inventor: Out for Blood in Silicon Valley about Holmes and Theranos, de Alex Gibney, disponible en la plataforma HBO Max con el título local de Desangrando a Silicon Valley.
Holmes también se convirtió en una súper estrella de la industria, codeándose con famosos, influencers, y políticos de la sociedad estadounidense. Todo basado en una mentira.
A través de ocho episodios, The Dropout presenta el camino de Holmes desde adolescente hasta su caída. El guion de The Dropout intenta ser lo más clínico posible, dando entrever que las intenciones originales de Holmes eran genuinamente nobles. En sus mejores momentos es una filosa mirada a la mentalidad tecno amigable y socioeconómica que permitió un engaño tan descomunal como Theranos. Holmes hizo daño a incontables personas que confiaron en ella, especialmente pacientes. Pero la serie funciona más bien como una interpretación de la historia que ya conocemos a través del podcast, reportajes y documentales, no hay nada particularmente revelador ni introspectivo.
Eso no le quita dejar de ser altamente entretenida, enganchando desde el primer episodio hasta el último. Especialmente por el trabajo de Amanda Seyfried (ganadora del Oscar por Mank y del Emmy por esta interpretación) como Holmes, que basa su trabajo actoral en su rostro, el no parpadeo, la mirada, la gestualidad de la boca y en cómo fue cambiando su tono de voz a medida que la mentira se iba haciendo más grande. Es interesante luego de ver la miniserie revisitar el documental para observar a la Holmes original y terminar de convencernos que el trabajo de Seyfried es descomunal. La música también tiene un rol fundamental en la miniserie, en los finales de cada capítulo y principalmente en la narrativa de la construcción de Holmes, que parece estar siempre escapando del mundo al ponerse sus auriculares.
Amanda Seyfried está apoyada por un elenco de primera, comenzando con Naveen Andrews (el Sayid de Lost) como Sunny Balwani, el millonario programador que acompañó a Elizabeth durante su trayectoria, primero como amigo, luego mentor, eventualmente amante y hasta director de la compañía.
Junto a ellos, participan Sam Waterson, Laurie Metcalf, Michael Ironside, William H. Macy, y Stephen Frye destacándose como Ian Gibbons, quien le da corazón a la historia, y en cierta manera una representación de la conciencia moral en Theranos.
En Elizabeth Holmes se reúnen todos los clichés del “si quieres, puedes” a unos niveles problemáticos desde los primeros capítulos.
En 2014, la start up de análisis de sangre Theranos y su fundadora, Elizabeth Holmes, estaban en la cima del mundo. La idea revolucionaria de que a través de una sola gota de sangre, un aparato pudiera detectar infinidad de enfermedades, asombró al planeta.
Holmes fue la mujer multimillonaria más joven del mundo que “se hizo” sola, y Theranos fue una de las nuevas empresas unicornio de Silicon Valley, valorada en aproximadamente 9 mil millones de dólares.
Sin embargo, luego todo se vendría abajo.
Se expusieron las deficiencias y las imprecisiones de la tecnología de Theranos, junto con el papel que desempeñó Holmes en encubrirlo todo. Holmes fue destituida como directora ejecutiva y acusada de “fraude masivo”.
La empresa se vio obligada a cerrar sus laboratorios y centros de pruebas, lo que la hizo caer como si fuera un castillo de naipes. Mientras esperaba el juicio, Holmes encontró el momento para comprometerse y casarse con el heredero de una cadena de hoteles de lujo llamado Billy Evans.
Desde entonces, Holmes ha sido condenada por fraude en un tribunal federal. En enero de 2022, los miembros del jurado declararon culpable a Holmes de tres cargos de fraude electrónico y un cargo de conspiración para cometer fraude.
La encontraron no culpable de otros cuatro cargos y no lograron un veredicto unánime sobre los tres cargos restantes en su contra. Puede enfrentarse a 20 años de cárcel –el veredicto se dará en los próximos días, pero Holmes, que muchos consideran una sociópata, sigue colgando post inspiradores y viviendo una vida de lujo, como si estuviera en una charla TEDX permanente.
Un fraude para el mundo y especialmente para todas las mujeres científicas que sueñan con hacer cambios sociales, médicos y culturales, de verdad.