Con un dominio total del escenario y de la escena, ícono de la libertad sexual en Brasil, Gal Costa descolló tempranamente en un terreno donde las brasileñas levantarían luego una tradición: la interpretación vocal que, junto a un gusto irresistible para dar con las canciones, virtud compartida con Elis Regina y Maria Bethânia, hicieron de la cantante un éxito en más de un sentido de la palabra.

X de Layla ⚢

Maria da Graça Costa Penna Burgos nació en la bahía de todos los santos, Salvador, el 26 de septiembre de 1945, una baby boomer. Todavía se hacía llamar Maria da Graça cuando en 1965 grabó el samba de Gilberto Gil, Eu vim da bahía, esa vigorosa declaración de principios y perspectiva desde la que los nordestinos miraban el Brasil industrializado.

Baby

“Tan buena como Ella Fitzgerald o Sarah Vaughan”, se lee en el mamotreto Noites tropicais, os bastidores da música brasileira (2000) del crítico y compositor Nelson Motta. Una técnica increíble y un dulce, cálido timbre daban a su capacidad interpretativa una idea recurrente: ella no era la compositora, sin embargo las canciones pasaban a ser suyas. Magia.

Foto: Getty Images.
Foto: Getty Images.

Gal se convirtió en artista popular desde muy joven y le dio forma a una carrera de casi sesenta años de vigencia, como lo muestra el reciente film Meu nome é Gal, de Dandara Ferreira y Lô Politi.

Meu Nome É Gal | Trailer Oficial

Gal traspasó la música y la vida sin demasiados limitantes, rasgo de personalidad que brindó a la artista técnica y calidad para interpretar una variedad de ritmos y estéticas, desde el samba fundacional y las canciones de Caymmi a la bossa, el swing con la energía de Jorge Ben, el rock con el que sonaba Cazuza y Secos & Molhados, el pop, la balada, el bolero, Tom Jobim.

Su disco Gal canta Caymmi es una recorrido ineludible por las tradiciones sonoras de Bahía. Foto: David Redfern vía Getty Images.
Su disco Gal canta Caymmi es una recorrido ineludible por las tradiciones sonoras de Bahía. Foto: David Redfern vía Getty Images.

Gal Costa no dejó de interactuar con las nuevas generaciones, por el simple fin de explorar y seguir ejercitando su increíble voz, por pura vocación estética.

X de Acervo Gal Costa 📁

Vida que segue, donde la electricidad de las guitarras le dan pulso al arreglo de cuerdas a lo Jaques Morelenbaum, es una buena síntesis del disco A pele do futuro, el último trabajo de Gal que incluyó en su momento canciones inéditas y en el que participan “novos” como Criolo, Tim Bernardes y Seu Jorge.

Vida Que Segue

Su participación en Doces Bárbaros, proyecto con el que los bahianos alcanzaron intenso suceso en todo Brasil, es sólo parte inicial de una carrera de casi 60 años. Cuarenta trabajos discográficos, a los que habría que sumar una decena de tributos y “compilaciones”, sintetizan la idea cantada por la propia Gal en Minha voz, minha vida.

Minha Voz, Minha Vida

Fa-tal, India y Profana son discos que todavía guardan algo para ser “descubierto”. Hay que sumar sin dudas Gal Canta Caymmi, donde se respira la vida periférica de Salvador de Bahía. En sus últimos discos, el ya mencionado A pele do futuro (2018) y Estratosférica (2016), se hace clara la coherencia entre experimentación sonora y tradición que tan punzante resulta en el intitulado Gal Costa (1969). Un discazo.

Gal Costa

“Emisión de voz que ya era música antes de entrar en alguna música. No puedes medirlo, no puedes entenderlo. En la película que hicieron Dandara y Lô, reí y lloré recordando los inicios. Ahora desapareció y no puedo metabolizarlo. ¿Ha pasado un año desde que el mundo tuvo una Gal? Imposible de aceptar”.

X de Caetano Veloso
João Gilberto, Caetano Veloso y Gal Costa, en 1971. Domingo (1967) fue el disco debut de Caetano Veloso y Gal Costa. Foto: Acervo UH/FolhaPress.
João Gilberto, Caetano Veloso y Gal Costa, en 1971. Domingo (1967) fue el disco debut de Caetano Veloso y Gal Costa. Foto: Acervo UH/FolhaPress.

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