Escuchá la palabra de Héctor Rodolfo Baley en diálogo con La 580 Deportiva de Radio Universidad, opinando del Mundial 1978 y del que viene en Qatar. 

Su estampa elegante y su 1,86 metro de altura lo distinguían. Héctor Rodolfo Baley fue uno de los  jugadores de primera línea que enriqueció el fútbol cordobés hace 40 años. A Córdoba llegó en 1981, ya campeón del mundo, cuando Talleres todavía iba a disfrutar de algunos muy buenos momentos.

Cuando llego a barrio Jardín ya había jugado en Estudiantes de La Plata, en Colón, Huracán e Independiente, su campaña en estos clubes lo llevó a ser uno de los mejores arqueros argentinos en la década de los ‘70.

Tal fue su envergadura que tuvo el privilegio de levantar la Copa del Mundo en 1978, aún no habiendo sumado minutos ya que en el arco, como titular, estaba Ubaldo Fillol, que según "Chocolate" no se enferma nunca.