A 50 años de la masacre de los Juegos Olímpicos de Múnich 72
El 5 de septiembre de 1972, ocho miembros del comando palestino Septiembre Negro entraron en la villa olímpica de Múnich, mataron a dos atletas israelíes y luego tomaron a otros nueve como rehenes, con el objetivo de intercambiarlos por 232 prisioneros palestinos. Después de medio siglo, indemnizan a los familiares de los atletas fallecidos.
Las once víctimas formaban parte del equipo olímpico israelí (atletas y entrenadores). Un oficial de la policía de Alemania Occidental también resultó asesinado. Los responsables y ejecutores eran miembros de una facción de la Organización para la Liberación de Palestina, liderada en ese momento por Yasir Arafat.
Ese 5 de septiembre de 1972 once miembros del equipo olímpico israelí fueron tomados como rehenes y posteriormente asesinados por un comando del grupo terrorista Septiembre Negro durante los Juegos de Múnich, en 1972; han pasado 50 años.
La intervención de la policía y las torpezas del operativo generaron una cantidad de sangre que manchó para siempre a los Juegos Olímpicos y volvió a colocar a Alemania, por las particularidades del diseño de la seguridad durante el evento, en el centro de los repudios.
Los secuestradores demandaban la liberación de 234 prisioneros alojados en cárceles israelíes y la liberación de los fundadores de la Fracción del Ejército Rojo, Andreas Baader y Ulrike Meinhof, encarcelados por ese entonces en Alemania.
Según se aclaró con el paso de los días, los atacantes contaron con un grado de asistencia logística por parte grupos alemanes neonazis.
Cinco de los ocho miembros de Septiembre Negro que ingresaron a la relajada Villa Olímpica terminaron muertos por las fuerzas de seguridad durante el fallido intento de rescate de los rehenes.
Los tres secuestradores que sobrevivieron fueron detenidos, pero liberados tan solo 53 días después, tras el secuestro de un avión de Lufthansa.
Israel y su capacidad de respuesta militar reprendieron a los asesinatos organizando las operaciones Primavera de Juventud y Cólera de Dios: el objetivo fue castigar colectivamente a todos los responsables de la masacre.
El Comité Olímpico Alemán, organizador del evento, había diseñado para la Villa Olímpica una atmósfera abierta y relajada, para cambiar la imagen que quedó tras los Juegos de Berlín de 1936, que habían sido explotados como parte de la propaganda nacionalsocialista del régimen de Adolf Hitler.
Indemnizaciones después de 50 años
El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, calificó en los últimos días de “vergonzoso” que su país haya tardado 50 años en cerrar un acuerdo para indemnizar a los familiares de los once israelíes asesinados en un ataque terrorista durante los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972.
Steinmeier hizo la declaración frente a su par de Israel, Isaac Herzog, quien inició en las últimas horas una visita oficial a Alemania para participar, entre otros, en el homenaje que se realizará mañana en Múnich por las víctimas del atentado.
“Es realmente vergonzoso que hayan hecho falta 50 años para llegar a esta reconciliación, estos días pasados”, declaró Steinmeier, informó la agencia de noticias AFP.
El Gobierno alemán acordó con las familias de los fallecidos el pago de una indemnización por un valor total de 27,8 millones de dólares, lo que evitó en este aniversario redondo un escándalo en la ceremonia, dado que no estaba confirmado si las familias y Herzog participarían finalmente de los actos oficiales.
El padre de Isaac Herzog, Jaim Herzog, también fue presidente de Israel entre 1973 y 1983, y entró personalmente en campo de torturas y crímenes nazi de Bergen-Belsen como oficial británico en 1945, tras la liberación.
Con información de agencias de noticias.