Cómo es la vida del japonés que cobra por "no hacer nada"
Shoji Morimoto ha sido contratado más de 4.000 veces y el trabajo le ha ayudado a recuperar su autoestima.
“La gente me alquila todos los días para que no haga nada”, señaló en 2021 Shoji Morimoto a la BBC. Si bien este hombre japonés estudió la carrera de Física e hizo una maestría en terremotos, en junio de 2018 decidió cambiar de rumbo y emprender un singular negocio: no hacer nada, que hasta la actualidad le genera suficiente dinero para vivir en Japón. Pese a su propuesta extravagante, no le faltan los clientes, ya que dos o tres personas suelen solicitar sus servicios al día.
Morimoto, quien hoy en día está casado y con hijos, tiene 37 años y cuenta con miles de seguidores en Twitter. Incluso, ha pensado escribir un libro para dar a conocer sus experiencias con su singular emprendimiento, por el que suele ganar aproximadamente US$ 75 por sesión.
Antes de abrir su propio negocio, Shoji Morimoto realizó varios trabajos en los que no duró mucho tiempo. Según detalló el japonés a la BBC, ninguno de sus anteriores empleos le “hacían sentir bien”. Fue así que pensó en la idea de “alquilarse”.
“La gente cercana me solía recriminar que en las fiestas o barbacoas yo no hacía nada. Me sentía culpable. Pero después pensé en que a lo mejor podía sacarle alguna ventaja a ese inconveniente y se me ocurrió el negocio de rentar a una persona para que haga nada”, declaró a la BBC.
De esta manera, decidió iniciar el 3 de junio de 2018 su propio emprendimiento. Según su biografía de Twitter, él se “alquila” solo para “comer, beber y dar respuestas simples”. En su red social también precisa lo siguiente: “Te rento una persona (yo) que no hace nada. Siempre acepto solicitudes”.
Morimoto cobra 10.000 yenes japoneses (aproximadamente US$ 75 dólares) por sesión. Esto no incluye los gastos de transporte, la comida y la bebida. Además, suele atender los pedidos, que son dos o tres al día, a través de Twitter, red social en la que tiene más de 260.000 seguidores.
Algunos de los servicios que suele realizar el japonés son: acompañar a las personas que no desean ir solas al supermercado o almorzar con alguien que no quiere comer solo. Incluso, en una ocasión, lo contrataron para que despida en la estación a una persona que viajaba a otro lugar.
En otra oportunidad, alguien lo contrató para que se coloque en la línea de meta de una maratón para que Morimoto pueda “motivar” a esa persona a continuar en la competencia.
En diálogo con la BBC, él indicó que las personas que adquieren sus servicios suelen sentirse bien, ya que tienen la oportunidad de estar acompañados. “Los clientes parecen experimentar un cambio mental positivo tras alquilarme. Me dicen que es liberador poder hablarle a alguien de cosas que no son capaces de decirle a otros. Se sienten mejor al liberar cosas que por sí solas pesan sobre ellos”, detalló.
Shoji Morimoto ha declarado en varias entrevistas que desde 2018 hasta 2021 ha recibido al menos 3.000 solicitudes de personas que desean contratar sus servicios. En una entrevista a Vice en 2021, él aseguró que al principio su labor le pareció un poco “vergonzosa”, pero luego se acostumbró.
“Creo que la razón por la que la gente demanda mis servicios depende de las circunstancias del cliente (...) Creo que todo se reduce a necesitar ‘la presencia de un ser humano’ en una situación dada’”, aseguró en diálogo con el mencionado medio.
En una entrevista a un medio internacional, Shoji Morimoto señaló que durante bastante tiempo pensó que a lo mejor “no estaba hecho para un trabajo normal”. Fue por eso que se inclinó en su negocio que lo ha vuelto tan popular. Asimismo, él tiene sus reglas, pues “no hace cualquier cosa”, sino que su servicio se rige a tres actividades: comer, beber y responder algunas frases sencillas.
Antes de optar por esta nueva profesión, Shoji Morimoto había estudiado Física en la universidad de Japón. Posteriormente, para implementar sus conocimientos realizó un posgrado sobre terrenos.
Aunque se desempeñó en trabajos regulares por mucho tiempo, comentó, en una entrevista para BBC, que “ninguno de los trabajos le hacía sentir bien”.
Fuente: BBC y DW.