La selección argentina es una tómbola
La Selección volvió a decepcionar y sigue penando sin rumbo. Su futuro es una quimera.
Así como en la vida. Se reparten los cartones, y hay que esperar completarlos. Puede pasar, y no depende de la organización. Tampoco de la planificación. El fútbol argentino ha abandonado, hace ya un tiempo, los caminos de la previsibilidad. Depende del azar y que estén alineados los planetas y…Messi.
Otra de nuestras grandes pasiones es ir encontrando problemas donde hay soluciones. No disfrutamos ni de los genios.
Esta vez nos salvaron el VAR y Armani. Pero el contexto sigue siendo el caos constante.
Qué Argentina es una tierra de posibilidades lo atestiguan 200 años de historia. Gobernar es poblar, pensaron algunos. Lionel Scaloni no bajó de un barco, pero aceptó el convite histórico y llegó a ser Director Técnico de la Selección sin tener un minuto de entrenador.
La historia, siempre es aleccionadora. Nos acompaña cual si fuera un eco, que resuena constantemente. Hay una regresión a la étapa pre menottista. La selección ha dejado de ser una prioridad. Los entrenadores de jerarquía le huyen como a la rabia. Saben, que nada serio puede salir de un lugar intóxicado por la improvisación.
El contexto no ayuda, y la transición tampoco. Los jugadores que asoman para recuperar la gloria perdida sienten la obligación. El equipo no funciona , encima pierde, y los recambios son Casco, Pereyra y De Paul
Paraguay necesitó una corrida de Almirón para desnudar el cualquierismo futbolístico del equipo. Nadie lo alcanzó, ni pudo pararlo, El centro fue lo de menos. El rival importa, pero la secuencia se repite. Nadie le teme a la Selección Argentina.
El futuro llegó hace rato, pero no hace mucho tiempo, llegamos a tres finales continentales. Alemania en Brasil, y dos veces con Chile. En 360 minutos, recibimos un gol. Goetze en el Maracaná. Ahora nos miran fuerte y nos convierten. Entre Francia, Colombia y Paraguay, 7 goles. Hoy el equipo no tiene nada, pero sobre todo, estructura defensiva. Pezzella, Ottamendi y Paredes es el triángulo de las Bermudas.
La vida es una tómbola, de noche y de día, canta Manu Chao. La Selección, también.