Pablo Sigismondi: "Fueron 20 años tirados al tacho de basura de la historia"
Uno de los fotoperiodista que más recorrió el mundo nos cuenta su visión sobre Afganistán. Desde su experiencia, tras haber visitado el país y conocer su cultura de primera mano, ofreció su lectura sobre lo que considera "un deja vu" de la historia.
La toma del poder de Kabul en manos del movimiento Talibán generó estupor al rededor del mundo. En simultaneo, la retirada de las tropas militares norteamericanas tras 20 años de ocupación también generó críticas a la gestión bélica de EEUU.
Por eso, para Pablo Sigismondi, fotoperiodista que ha viajado por gran parte del mundo y ha conocido de cerca la realidad afgana, "esto es un deja vu, una historia que se ha repetido casi calcada a la de 1996".
El columnista del programa Nada del Otro Mundo observó en esa "historia cíclica" un fracaso del intervencionismo militar de EEUU: "Fueron 20 años tirados al tacho de basura de la historia", en el que se lamentaron innumerables víctimas civiles y se utilizaron millones de dólares en tecnología militar.
"El poder real del presidente afgano era sostenido solo por una ocupación de carácter colonial e imperial que lo mantuvo en el poder. Sucede que ninguna gestión estadounidense ha querido pagar, hasta hoy, el precio de aceptar una derrota al estilo de la derrota de la URSS (también en Afganistán) en 1989".
Como claves de esa derrota militar y política, Sigismondi resalta la falta de interpretación de la gestión norteamericana sobre la realidad afgana, donde la identidad responde mucho más a principios religiosos que a un sentido de pertenencia nacional. Otro aspecto importante es la hostilidad de su geografía.
"Se trata de una geografía de desiertos, de montañas, de ríos y glaciares en el que aún hoy el 50% de su población todavía practica el nomadismo", describió el autor de La cara ocultada de la Tierra que se emite por FM102.3. "Estamos hablando de una de las geografías más hostiles que existen. Atravesada por una cordillera de montañas más altas que el Aconcagua".
A la situación política y militar de la ocupación extranjera y su dificultad geográfica para los foráneos, el ingrediente final es la cuestión religiosa, que funciona como gran aglutinador social. "El islam suma el extremismo para defender esa cultura. No hubo ninguna empatía con la población local por parte de los ocupantes militares. Entonces el talibán surge nuevamente como representante de esa idiosincrasia de, al menos, una parte muy importante de esa región".