Se oculta (o cómo poner el foco en un lugar y quitarlo de otro)
María Teresa Andruetto nos lleva hasta el Barroco para contarnos cómo desde hace siglos los relatos de la historia exponen a las víctimas y ocultan a los victimarios.
Durante la época del Barroco, el arte buscó provocar emociones y fascinación. De esta forma pinturas y esculturas expresaban la crudeza de mártires víctimas de torturas y asesinatos.
Una de las obras emblemáticas de la época es El Martirio de Santa Úrsula, la última pintura de Caravaggio, la cual cuenta la historia que fue asesinada por defender su virginidad. En aquella época, las violaciones y abusos estaban a la orden del día. Como sucede hoy, nos cuenta María Teresa Andruetto, en su columna "Gente conmigo".
También como en la actualidad, los victimarios tienen nombre pero los nombres que recuerda la historia son el de las víctimas. Así como en las pinturas, los relatos también los oculta a través de lo que se conoce como "la voz pasivo", esa forma de construir una oración que permite enfatizar la acción o a quien la padece, en lugar de destacar al sujeto que la realiza: "SE produjo", "SE cree", "SE considera". No sabemos quién ni por qué.
Poner el foco en un lugar y quitarlo de otro. ¿Les suena? Así, aún hoy, es como "se" producen violaciones en manada, "se" incrementa la deuda, "se" producen aumentos de precios. O cómo escuchamos últimamente: "se" dispara el dólar blue.