Cumplidos 300 días de mandato, la aprobación de la gestión presidencial se ubica en los niveles más bajos del año. Según la última encuesta de consultora Delfos, 41% aprueba al gobierno vs 58% que lo desaprueba, lo que arroja una brecha desfavorable de 17 puntos porcentuales, la mayor de la serie evolutiva (gráfico arriba). Otra de las mediciones nacionales realizadas en lo que va de octubre arroja un resultado aún más adverso: 35% de aprobación vs 65% de desaprobación, de acuerdo al informe del Observatorio de Psicología Aplicada de la Universidad de Buenos Aires (OPSA/UBA; gráfico abajo). Así, el apoyo cede 20,6 puntos porcentuales respecto al 55,6% que se inclinó por Milei en el ballotage, merma que se ubica en un orden de magnitud similar al 29% de electores que se declaran “arrepentidos” de haberlo votado en noviembre de 2023, según el mismo estudio.

La imagen del gobierno acusa un desgaste apenas menor en las encuestas que midieron esa variable en lo que va de octubre: según Ágora Consultores, 43% de positiva vs 48% de negativa, un saldo desfavorable de 5 pp que también es el mayor de la serie evolutiva (gráfico abajo). En los últimos tres meses, la negatividad se ubicó por encima de la positividad.

Con apenas matices, Explanans reportó casi 53% de negativa vs 47,4% de positiva, un saldo desfavorable de 5,2 pp (gráfico abajo). En la serie evolutiva que toma los hitos cada 100 días, por primera vez la negatividad superó a la positividad.

Así, tanto la variable aprobación como la de imagen del gobierno acusan procesos de deterioro, si bien con distintas intensidades (mayor en la primera y más suave en la segunda). En ambos casos, la polarización de actitudes comienza a ser asimétrica y cuesta arriba para el oficialismo, son saldos en rojo entre mínimos de 5 puntos y máximos superiores a dos dígitos. A su vez, ese desgaste reinstala en el escenario a los referentes de la fuerza opositora con la que Milei disputó el ballotage: Unión por la Patria (UP). Según Delfos, más de un cuarto de los electores cree que CFK es la dirigente con más chances de liderar la oposición; la escolta el gobernador de la provincia de Buenos Aires (PBA), Axel Kicillof, con casi 20%. Las demás figuras no llegan al 5% de menciones, si bien un tercio responde “ninguno”, lo que abre una ventana de oportunidad para la renovación (gráfico abajo).

Con apenas matices, la medición del consultor Cristian Solmoirago realizada a fines de septiembre también ubicó a CFK por arriba del 25% y a Kicillof en torno al 20%, si bien en este caso el ex candidato presidencial de UP, Sergio Massa, se coló en el podio con 13,2% (gráfico abajo).

A su turno, Opinion Lab detectó un punto de inflexión en septiembre, cuando por primera vez en la serie evolutiva la ex vicepresidenta superó al gobernador de la PBA por 25% a 16%, obteniendo 9 puntos porcentuales de ventaja (gráfico abajo).

En ese marco, el desgaste de Milei reinstaló a los opositores más duros y visibles como alternativa: CFK más que duplica a Quintela en una eventual interna del peronismo, según la medición de Prosumia (gráfico abajo).

Con todo, la centralidad de Cristina no cierra el espacio para una renovación: según Pulso Research, la ex vicepresidenta es reconocida mayoritariamente como líder del espacio, pero el gobernador es quien mejor encarna el futuro del panperonismo (gráfico abajo).