Fue recién en 2017 que el oficial Hugo Cánovas Badra recibió su condena. Algo de alivió trajo, a su vez, para la familia del niño David Moreno, asesinado por una bala que salió de su arma reglamentaria el 20 de diciembre de 2001.

El contexto fueron las protestas, múltiplemente reproducidas, a lo largo de todo el país.

Aquella jornada, el pequeño de 13 años salió de su vivienda de barrio Argüello en la ciudad de Córdoba, a jugar con un amigo. Cerca de allí, vecinos se habían amontado solicitando bolsones de comida en un supermercado cercano, ubicado en Villa 9 de Julio.

La presencia policial se hizo sentir con represión, pero la utilización de balas de plomo resultó letal.

Mientras huía, aterrado, David recibió un balazo mortal, en la nuca. Debieron pasar 16 años para que haya sentencia contra el efectivo responsable, y apelaciones mediante, recién este 2019 comenzó a ser efectiva. Fueron 12 años y 8 meses. Y algo de paz llegó a ese hogar.

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Mientras esperan el juicio, recuerdan a David Moreno

En Córdoba hubo otras dos víctimas fatales, también en protestas en supermercados.

Sergio Ferreira tenía 20 años cuando recibió un disparo en el hígado en cercanías a un comercio en barrio Villa El Libertador. Una complicación hepática, ocurrida en 2002, se llevó su vida.

A Sergio Pedernera lo mataron cuando tenía 16 años, en medio de las protestas. Fue una bala proveniente de efectivos de la provincia de Córdoba, que impactó en el tórax que lo dejó parapléjico, para fallecer un año después.

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Fragmento del documental 39 - el recuerdo de los padres de David Moreno