Cómo una protesta policial llegó a la Quinta de Olivos
Las imágenes generaron preocupación, aunque poco se supo de las motivaciones u organización alguna en el reclamo. Qué personajes aparecieron en la escena.
Cuando en el mediodía del miércoles patrulleros, sirenas y banderas argentinas flameando comenzaron a copar el pasaje de la residencia de Olivos, en Buenos Aires, varias alarmas se encendieron.
Es que el reclamo sectorizado de agentes de la Policía Bonaerense que se produjeron horas antes en algunos distritos se trasladó hacia la Quinta donde vive el presidente y su familia.
Incremento salarial de hasta el 60% era el pedido que trascendía al reclamo. No fue suficiente lo prometido por el gobernador, Axel Kicillof.
Cuando en horas de la tarde el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi y el secretario general de Presidencia, Julio Vitobello, invitaron a ocho representantes a ingresar, se negaron. "Nos dijeron que nos va a atender el Presidente, pero no queremos. Que salga afuera”, se escuchó.
Los dos últimos años de la fuerza agudizaron la diferencia en el salario en comparación a policías de la Ciudad o la Federal. Durante la gestión de María Eugenia Vidal perdieron el 15% de su capacidad y vienen de un 2019 donde los incrementos fueron 25 por ciento inferiores a la inflación.
La voz que sonó fue la del capitán Sandro Amaya. La singularidad es que fue exonerado de la fuerza hace unos años por su irregular participación en una causa vinculada al narcotráfico.
El panorama de la avenida Maipú, plagada de patrulleros, con ruidos de sirenas y apoyo de vecinos y automovilistas, despertó preocupación. Todos los agentes portaban sus armas reglamentarias.
Temprano, Aldo Oscar Pagano se trepó a una torre en cercanías al puente 12, en La Matanza, lugar de referencia de los uniformados. El legajo de Pagano advierte por una censantía, debido a razones psiquiátricas, que duró entre 2006 y 2017.
A Mariano Alderete, a quien reconocen como militante de Juntos por el Cambio y se encuentra en el lugar, había referido el día anterior que "la protesta se avivó por la 'liberación' de Lázaro Báez, eso no puede pasar". La mención al otorgamiento de la prisión domiciliaria no pareció casual y el reclamo en Olivos por un fallo judicial sonó descontextualizado.
Ante la falta de voceros en la residencia aparece en escena el capitán Mariano Díaz, quien pide que los efectivos ganen $ 60.000. Su intervención en un motín de 2014 del Grupo Halcón le valió su separación.