Durante varios fragmentos, Alberto Fernández volvió a apelar a cierto tono paternal en el discurso difundido en la noche de este domingo, cuando anunció la continuidad de la cuarentena "hasta que termine Semana Santa".

Apuntando que "tenemos que estar contentos por lo logrado" en los primeros diez días de aislamiento obligatorio, dijo que lo cumplió "el 90%" de la población; dejando lugar a los exceptuados pero también "a los vivos que lo violaron y ahora tienen una causa penal".

Después de considerar a Argentina como "un caso único" por decretar el esquema con el virus aún sin avanzar, dijo "si cumplimos ciertas pautas, el dolor será menor". La referencia es que las consecuencias, ya, no se pueden evitar: en el país hay 22 muertes, y con seguridad habrá muchas más.

Y fue tajante al afirmar: "De la economía se vuelve, de las muertes no. Yo no comparto la falsa dicotomía de elegir entre la economía y la salud. Hicimos muchas cosas por la economía".