El consumo de cannabis y su incidencia en siniestros de tránsito
Un estudio de grado de la UNC sugiere la necesidad de instaurar políticas públicas y de salubridad para atenuar el impacto del consumo de marihuana sobre la seguridad vial.
La asociación entre el consumo de cannabis y los accidentes de tránsito es un parámetro de suma importancia en la evaluación de la seguridad vial. Sin embargo, pese a la existencia a nivel mundial de gran cantidad de información tanto científica como estadística, en nuestro país se carece aún de evidencias de aplicación de protocolos establecidos con respecto a este tema.
Tal es una de las principales conclusiones del estudio denominado Consumo de cannabis y su relación con los accidentes de tránsito, realizado por la bioquímica Silvina García.
Se trata del trabajo final de la Especialización en Criminalística y Actividades Periciales, carrera de posgrado cogestionada entre la Facultad de Ciencias Agropecuarias, la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, la Facultad de Ciencias Químicas, la Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación y el Ministerio Público Fiscal de la Provincia de Córdoba.
Dicho trabajo abordó distintos estudios que avalan la peligrosidad del consumo de cannabis y el riesgo que conlleva en materia de accidentes viales, fundamentalmente para la población adolescente.
Tras evaluar la importancia del estudio toxicológico de consumo de cannabis en el tránsito vehicular, el estudio ratifica "la importancia de incorporar dicho procedimiento junto al control de consumo de alcohol que actualmente se lleva a cabo como medida de rutina".
Observando el accionar a nivel mundial sobre la temática, "se sugiere instaurar políticas públicas y de salubridad para atenuar el impacto del consumo de cannabis sobre la seguridad vial", destaca el escrito.
"Estudios revisados en todo el mundo muestran que los cannabinoides están presentes en una proporción significativa de conductores muertos y heridos en accidentes de tráfico. La forma predominante de alteración observada después de fumar cannabis sin otras sustancias, es una variación en el comportamiento del conductor en la carretera. Asimismo, el cannabis incrementa el tiempo de reacción para responder en una tarea de toma de decisiones de emergencia", advierte la presentación de la profesional.
El trabajo destaca la necesidad de seguir un protocolo "cuando se detecta una conducción temeraria o cuando en un control de tráfico el conductor presenta signos de conducción bajo la influencia de sustancias, en los casos en que los tests de alcohol y de drogas rutinarios presentan resultados negativos".
"Aunque el riesgo para la conducción en nuestro país no está establecido debido a la falta de estudios específicos para el cannabis, ya disponemos de datos clínicos y forenses que avalan su peligrosidad para la salud, con efectos que también pueden originar una conducción peligrosa", remarca.
"Es de público conocimiento la disponibilidad de cannabis en el mercado, y se sabe que es considerado como una sustancia inocua por gran parte de la población, en especial los jóvenes. Esto facilita, junto con otros factores, niveles de consumo elevados, que constituyen un problema de salud pública preocupante que, en el caso de la conducción bajo su influencia, se extrapola a la seguridad vial, y supone también un peligro para los no consumidores", sentencia.
En Córdoba
En la ciudad de Córdoba el Código de Convivencia establece sanciones para quien condujere "bajo acción de tóxicos, estupefacientes o drogas prohibidas".
Según establece el artículo 125 de dicha norma, la sanción incluye una multa de 100 a 130 Unidades Económicas Municipales (cada unidad equivale al valor del litro de nafta super de la marca YPF), la inhabilitación para conducir por un plazo de dos años y la remoción del vehículo en que el infractor se desplazare.
Hace cuatro años el gobierno de la ciudad, por entonces a cargo de Ramón Mestre, anunció la implementación de controles para detectar la presencia de estupefacientes en la sangre de los conductores.
A tal fin adquirió un equipo de la marca alemana Dräger, denominado Drugtest. El mismo permite detectar entre siete y doce sustancias, en sólo siete minutos, mediante muestras de saliva tomadas a los conductores.
Sin embargo pocos controles fueron realizados desde entonces. El elevado valor de cada kit necesario para los controles (entre 8 y 10 dólares) resultó uno de los impedimentos.
Desde la Policía de Tránsito informaron a cba24n que actualmente cuentan con dos equipos para los tests de sustancias tóxicas y que esperan otras dos unidades en los próximos meses.
Afirmaron también que los controles no se están realizando dada la necesidad de redefinir tareas y prioridades ante la vigencia del aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia del coronavirus.
No obstante, afirmaron, tan pronto la situación global lo permita "los controles volverán a realizarse en distintos puntos de la ciudad".
"No serán masivos. Serán complementarios a los tests de alcoholemia. Su realización requiere acompañamiento médico y razones objetivas", destacaron.