El crudo relato del médico que fue apedreado y renunció
Daniel Gatica trabajó años en Orán pero la sobrecarga psicológica sufrida en la pandemia, con varias muertes en cada una de sus guaridas, lo sobrepasó: "Fracasé".
Salió de su guardia a las afueras del hospital San Vicente de Paul de Orán a informar la muerte de un hombre de 45 años y recibió quejas y pedradas. Había anticipado que "cuando el coronavirus entre a la ciudad va a hacer desastres".
Daniel Gatica terminó renunciando. El médico lo hizo a través de una carta, publicada vía redes sociales. Cuestionando el sistema de Salud de la provincia de Salta, las agresiones físicas le hicieron sentir "el peso de esta maldita pandemia".
Relató que realiza hace tres años guardias de 24 horas todos los sábados "y cada día es peor". Se resigna afirmando que el personal profesional nunca cambió y que sufrió un gran destrato por ser residente.
"Fueron 12 días de puro estrés de solo dar malas noticias, de tener que estar en todos lados, de no dormir, de comer lo que venga, de no tomar agua por horas y horas, de no poder ir al baño porque, hasta nuestro espacio físico de residencia nos sacaron: espacio que los residentes armamos pintamos, acondicinamos, para tener un baño digno y para dormir en una cama tendida", señaló.
Narró que en ese tiempo se cansó "de tener 3 óbitos en una tarde o 5 en una noche y saber que nunca hay cama en terapia", pero fundamentalmente de saber "que estamos solos" pese a tener que "atar con alambre" y "hacer lo imposible".
Las consecuencias que hoy percibe en Orán, por gran impacto del coronavirus, las argumenta en que "nuestra población tiene secuelas pulmonares, secuelas de TBC, HIV, de desnutrición, de obesidad, de adicciones y de diabetes no controlada".
Concluyó, desganado, remarcando: "Hoy siento que fracasé, dejo el lugar que amé, el lugar que me enseñó, que me guió, que hizo lo bueno y lo malo que soy. No puedo más, hasta aquí llegó mi salud mental, mi esfuerzo físico y espiritual, no da para más. Esta pandemia saco lo peor de todos, gente que solo le calienta la guita y gente que no da más y no cobra nada".
Se preguntó si "acaso alguien sabe lo que pasa en esa guardia", denunció que "me sentí abandonado por el sistema y sobre todo por el hospital", el cual "nos afecta a dónde quiere, cuando quiere y hace lo que quiere con nosotros".