La historia secreta del hallazgo del Titanic: se cumplen 36 años
El descubrimiento del transatlántico hundido antes de concluir su primer viaje el 15 de abril de 1912 surgió de una investigación secreta de la Marina de los Estados Unidos que buscaba dos submarinos nucleares destrozados.
El descubrimiento de los restos del Titanic, protagonista del naufragio más famoso del mundo, se dio un día como hay hace 36 años. El 1 de septiembre de 1985, surgió una investigación secreta de la Marina de los Estados Unidos para buscar dos submarinos nucleares destruidos: el Trillador y el Escorpión, que se hundió en el Atlántico Norte en plena "Guerra Fría". Así lo reconoció el oceanógrafo que encontró el famoso transatlántico, Robert Ballard, años después de aquella secreta misión.
“No queríamos que los rusos supieran dónde estaban las armas, así que necesitábamos una historia. Y dijimos que estábamos buscando el Titanic, pues se pensaba que estaba cerca ”, explicó Ballard durante una entrevista. Una vez concluida la misión militar, Ballard, que también sirvió en el Ejército estadounidense, contó con 12 días para encontrar el barco. Sólo necesitó nueve.
Pasaban 22 minutos de la medianoche del 1 de setiembre cuando, en la pantalla del monitor del 'Argos' -un pequeño sumergible no tripulado, preparado para enviar imágenes desde aguas muy profundas -, comenzó a aparecer imágenes distintas a las enviadas hasta ese momento. Al principio, parecían pequeños cráteres de impacto en el fondo marino. Más tarde, las imágenes escombros, como restos de alguna nave siniestrada. LUEGO aparecieron los restos desde el lugar de parecia Una caldera y, DESPUÉS Poco, ante los incrédulos ojos de Ballard y del resto de la Tripulación, Apareció, majestuosa, la proa del barco. Parecía increíble, pero era verdad: era él; sí, era el Titanic.
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'Argos' realizó un rastreo general del exterior de los restos del Titanic, confirmando las imágenes que "el buque de los sueños" se había partido en dos y que mientras la parte de la proa se encontraba de pie, majestuosa, la parte de la popa, a unos 600 metros de la proa, estaba en muy malas condiciones y prácticamente deshecha.
Al día siguiente, el 'Knorr' regresaba a puerto. Toda la tripulación juró ante Ballard, que nadie desvelaría el lugar exacto donde fue encontrado el Titanic -41 grados 44 minutos Norte / 49 grados 57 minutos Oeste, a 3.988 metros de profundidad-, pero ésta es otra historia.
La noticia fue portada en todos los medios de comunicación del mundo. Ese día pasó a formar parte de la historia.
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En seguida, los descubridores debieron hacer frente a un gran dilema: ¿Qué harían con los restos del barco? Una de las opciones era sacarlos a la superficie; la otra conservarlos bajo el agua, como si de un yacimiento arqueológico se tratara. Finalmente, los oceanógrafos optaron por la segunda opción, como muestra de respeto a los fallecidos. Tal y como aseguró Ballard en numerosas ocasiones, “se trataba de su tumba”.
Cabe destacar que tomando esta decisión, los expertos perdían los derechos sobre los restos del barco. “Simplemente no pudimos, hubiese sido como expoliar la tumba de alguien. Fuimos todo lo respetuosos que pudimos e hicimos la promesa de no sacar nada de aquel barco y tratarlo con mucho respeto”, dijo Ballard.
Sin embargo, en los años siguientes, varias empresas comenzaron a recuperar objetos del Titanic. Algunos se exhiben en exposiciones y muchos otros han sido vendidos a particulares en subastas.
Cuando Ballard regresó al Titanic en 2004 apenas logró reconocer aquel lugar que él mismo había descubierto: el lecho del mar estaba cubierto de latas de cervezas y otros desechos. “Debido al descenso de submarinos -entre otros, el tripulado por James Cameron, director de la película Titanic- algunas cubiertas estaban a punto de derrumbarse o ya se habían roto”, se quejaba Ballard en una entrevista a National Geografic.
“Algunas compañías se llevaron millas de objetos de un lugar que para mí es sagrado e incluso fabricantes de cerveza abusaron del mito del Titanic con fines publicitarios. Una pareja de Nueva York contrajo matrimonio en la proa del barco hundido… Un gran circo. Precisamente lo que yo quería evitar ”, se lamentó Ballard en la misma entrevista.
Fuentes: genteyold.com; buceodonosti.com; nationalgeographic.com.es