La industria nacional junto a las cooperativas avanzan en energías alternativas
En Castelli, provincia de Buenos Aires, se instaló el primer aerogenerador de la empresa NRG Patagonia, para provisión de electricidad a los asociados. Más energía alternativa en nuestro país significa menos dolarización de los consumos.
A través de un extenso hilo en Twitter, el politólogo devenido economista del desarrollo, Diego Daniel Roger puso en relieve este significativo logro de la industria nacional y del movimiento cooperativo.
NRG Patagonia es una de las dos empresas nacionales que fabrican aerogeneradores de potencia (la otra es IMSA).
El extenso hilo continúa detallando que, en éste caso se trata de un aerogenerador que producirá 1,5 MW de potencia, para autoconsumo de la Cooperativa y sus asociados, que fue fabricado y ensamblado por una conjunto de pymes argentinas entre las que están SECIN, Fundiciones San Cayetano y Gonella.
El aparato fue diseñado para los vientos bonaerenses, incorporando trabajo e ingeniería nacional al diseño original licenciado, a la vez que se inserta en un nicho no desarrollado en el país, la generación distribuida cooperativa. Siempre según Roger, “en un desarrollo que es inédito y una alternativa ganar ganar para la industria nacional, el desarrollo local y el desarrollo del país”.
El hilo se cierra con consideraciones sobre las perspectivas del sector: “El sector cooperativo ha desarrollado un gran rol en el desarrollo territorial del país, y si se alinean un conjunto de políticas que permitan liberar ese potencial, la generación distribuida cooperativa junto, con la industria nacional de bienes de capital, tienen mucho para aportar al desarrollo local y nacional, la generación de empleo, la pesificación de la energía y por supuesto, la transición energética en una hoja de ruta que se centre en las necesidades del país y su población”.
Una historia que viene de lejos
Consultado para esta nota, el expresidente de la CADEGE (Cámara Argentina de Generadores Eólicas), consideró que este nuevo proyecto de NRG en Castelli, es pequeño en cuanto a potencia instalada: según el último informe de CAMMESA (Noviembre 2021), la potencia eólica instalada era de 3.169 MW, con lo que el 1,5 MW de este proyecto representa apenas el 0,05%.
Según Franco, lo que no puede desconocerse es que se trata de un proyecto “muy significativo en cuanto retoma la industria nacional”.
Es que después de años de esfuerzos protagonizados por CADAGE y las cooperativas nacionales, los verdaderos pioneros del desarrollo eólico en Argentina, hubo un “apagón” de las iniciativas locales hasta este nuevo resurgimiento de la energía eólica con muy buenas perspectivas de participación de la industria nacional, con desarrollo tecnológico propio y proveedores locales.
Las primeras experiencias con turbinas fabricadas localmente datan de 2006 (IMPSA) y 2010 (las de NRG). La falta de apoyo al sector y las turbulencias económicas hicieron el resto. Pero el replanteo originado por la crisis del clima junto con las políticas proactivas, la aparición del financiamiento y la capacidad tecnología del país pueden impulsar el resurgimiento de una industria estratégica para el país.