Murió Rosa Grilo, la última sobreviviente de la Masacre de Napalpí
La mujer tenía 114 años. El 19 de julio de 1924, durante el gobierno radical de Alvear, la Policía asesinó a al menos 500 personas de los pueblos qom y mocoví.
Rosa Grilo, la última sobreviviente de la Masacre de Napalpí, falleció este miércoles 5 de abril. La mujer tenía entre 107 y 114 años, se desconoce la fecha exacta debido a la falta de registros.
Su testimonio fue clave en el juicio por la verdad de la masacre ocurrida el 19 de julio de 1924, durante el gobierno radical de Marcelo T. de Alvear. Rosa en ese momento era una niña y vivía en la reducción aborigen Napalpí.
El periodista Mariano Saravia relató cómo fue el hecho: “La Policía del Territorio Nacional del Chaco masacró a más de 500 qom y mocovíes por el simple hecho que estaban haciendo huelga”.
Las familias decidieron negarse a trabajar en la cosecha del algodón. Querían viajar al noroeste argentino para trabajar en las zafras. Sin embargo, el Gobierno Nacional, que en esa época administraba Chaco ya que no era una provincia, los retuvo para evitar la pérdida de mano de obra.
Los qom y mocovíes vivían en situación de semiesclavitud. Trabajaban a cambio de “fichas” que intercambiaban a los mismos patrones por comida o ropa.
Por tal motivo, cientos de qom y mocovíes decidieron hacer una huelga entre los montes de Napalpí.
El 19 de julio de 1924, el avión biplano Curtiss JN-90 “Chaco II” sobrevoló la zona arrojando comida y caramelos. Todo esto fue una emboscada para que las familias salieran de los toldos y concetrarlos en una zona. Allí, más de una centena de policías y terratenientes salieron con machetes y armas de fuego para masacrar a los trabajadores.
Los números varían pero se estima que entre 400 y 1000 personas fueron asesinadas ese día. Los que lograron escapar la masacre fueron perseguidos y asesinados. Según la Comisión de Derechos Humanos, al menos 38 niños y 15 adultos escaparon.
“Rosa mantuvo el silencio por casi 90 años. Sus familiares le dijeron: ‘si querés vivir, callate y olvidá’”, contó Saravia.
A principios del siglo 21, organizaciones sociales y descendientes de los pueblos asesinados comenzaron a denunciar el genocidio e iniciaron acciones legales contra el Estado argentino.
En 2022, 97 años después de la masacre, la Justicia Federal inició un juicio por la verdad. El Poder Judicial reconoció las responsabilidades del Gobierno por los delitos de homicidio agravado y reducción a la servidumbre y ordenó medidas reparatorias.
Rosa fue la única persona que vivió la masacre y pudo dar su testimonio en el juicio.
Además, la Justicia estableció que la Masacre sea incorporada en los diseños curriculares nacionales de todos los niveles.
“Hay una sentencia firme de la Justicia argentina pero todavía no se aplicó. Seguimos teniendo cabeza colonialista y racista. Sobre todo desde el Estado”, concluyó el periodista.