Desde el Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba expresaron preocupación por el riesgo de quiebra de Daspu que genera la compra de medicamentos de alto costo, y piden la creación de un fondo de reaseguro para las obras sociales universitarias.

En concreto, Daspu deberá cubrir el 30 por ciento de un tratamiento con cuatro dosis de medicamentos que cuestan 500 mil dólares, por el que deberá desembolsar 60 millones de pesos. Un fallo de la justicia federal la obliga a pagar ese porcentaje para tratar a un niño con atrofia muscular espinal. La Nación cubrirá el 70 por ciento restante.

Hugo Juri, rector de la Universidad Nacional de Córdoba, se refirió al tema en Radio Universidad, cuando mostró su preocupación por la tendencia que puede generar. "El progreso de la medicina ha sido espectacular, pero los nuevos tratamientos, que son extraordinarios, en algunos casos son muy caros para recuperar la inversión y otras veces son especulaciones", expresó.

Juri expresó la necesidad de una ley para acoger a las obras sociales universitarias a un sistema de fondo de reaseguro, similar al de las obras sociales sindicales, para responder ante este tipo de emergencias.

"Daspu tiene 60 mil afiliados, y con dos personas que le salgan 1 millón de dólares cada una, quiebra Daspu y ¿dónde van los 60 mil afiliados? No hay un protocolo que indique dónde irían cuando una obra social quiebra", dijo Juri, para agregar que no es un problema de Daspu solamente, sino que lo es de cualquier obra social.

"El estado nacional tiene que dar una gran discusión, hablar con los países latinoamericanos y entrar en discusión con los productores de estos medicamentos caros, cuyo precio es discrecional. Quien invierte es del mundo capitalista, pero no puede discutir una persona con una multinacional. Tienen que discutir uno o varios estados. Por otro lado, se debe modificar la ley para las obras sociales universitarias para que sean cubiertas por este fondo de reaseguro", concluyó.

Juri explicó que en el caso de la compra de estas dosis, y según su conocimiento, "hay un solo productor internacional" de la droga. "Uno de los importadores pedía 20 millones por la dosis y otro pedía 14 millones por lo mismo", reveló.

"El mecanismo con estas drogas que no tienen todo el sistema de aprobaciones finalizado, se permite importar pero solamente bajo el propio riesgo del paciente. El paciente no está en condiciones de negociar o discutir con una multinacional", para luego afirmar que deben hacerlo uno o varios países en conjunto.

El rector refirió que "estos avances tecnológicos aumentan tremendamente el costo de la salud en todo el mundo. Las obras sociales ni siquiera pueden hacer un análisis de previsiones, porque no se sabe cuándo le toca y porque quien decide el precio a veces es injusto", afirmó.

Ampliar contenido
Preocupado por Daspu, Juri pide fondo para obras sociales universitarias