Regalos para las fiestas: ¿pueden pensarse opciones que contaminen menos?
Desde suscripciones digitales hasta compras de segunda mano, cambiar el paradigma de lo que regalamos puede reducir los desperdicios y contribuir con la salud del planeta.
Llegan los turrones, pan dulces y, sempiterno, el vitel toné. Incluso ahora, cruda grieta en nuestra cultura gastronómica, en versión vegana.
Y junto con el arbolito y los brindis, aparecen los compromisos y deseos de los regalos.
Varias tendencias en conexión con las fiestas de fin de año se han puesto en evidencia en los últimos años. La más notable, la disminución en el uso de pirotecnia. Razones sanitarias y ambientales evidentes, se suman a una crecida empatía por las criaturas que sufren, acorraladas por las explosiones.
Una tendencia más reciente y en crecimiento, es repensar los regalos cuidando el planeta.
Un informe reciente de la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) dice que en los Estados Unidos lazos, bolsas y otros materiales de empaque y merchandising navideños agregan 1 millón de toneladas de basura a los vertederos cada semana en la temporada navideña.
Esto, sin incluir que la producción y envío de los obsequios también implica la liberación de gases de efecto invernadero que calientan el planeta.
Y ciertamente, regalar es una práctica que se intensifica para las fiestas pero que no se detiene después de año nuevo: hay cumpleaños, aniversarios y una larga lista de ocasiones adicionales que contribuyen al problema.
Reconsiderando las estrategias para los regalos
Es claro que el primer y más infalible método para reducir la basura navideña y minimizar el impacto ambiental de los obsequios es, en primer lugar, consumir menos. Pero también podemos probar romper el viejo molde de los regalos a los que estamos acostumbrados para reducir el desperdicio y ayudar al planeta. Aquí hay algunas ideas que pueden ayudar.
Una de las tradiciones que está instalada en grupos amistosos y laborales, es el intercambio de regalos como el “Amigo/a Invisible”, que implican dar a una sola persona en lugar de a cada miembro de una familia o grupo.
“Hubo un pequeño crecimiento en 2020 ya que la gente se mostró cautelosa para reunirse en grupos debido a la covid”, dijo Martin Looij, gerente de marketing de Norteamérica de DrawNames.com, un sitio web que facilita el intercambio de regalos. "Pero este año hemos visto un aumento mayor en las personas que organizan intercambios de obsequios y también el tamaño promedio de los grupos".
Una opción que se recomienda especialmente es juntar recursos para obsequios específicos. Si los miembros de un grupo o familia colaboraron, en lugar de cada quién comprando por su cuenta, quién recibe el regalo probablemente termine más satisfecho con un “regalo grande” que multitud de pequeños. La empresa Patchwork es un buen ejemplo de las herramientas que surgen para ayudar a las personas a organizar sus regalos compartidos.
Desde experiencias hasta membresías
Otra forma de esquivar el consumo material es regalar experiencias. Apenas se piensa, aparece una larga lista de experiencias hermosas para regalar o recibir: entradas para shows de todo tipo, eventos deportivos o una clase de cocina. En la búsqueda de aunar beneficios ambientales y salud, el trekking no deja de ser una opción, especialmente en Córdoba, dónde la lista de paseos a pie o en bici, es inagotable.
Ciertas cosas, no tuvieron hasta hoy la estatura cultural de “regalo”, pero eso puede cambiar. ¿No es un regalo maravilloso y tierno anunciar cuidaremos hijos e hijas de un ser querido por un día o una noche?
Finalmente, no pueden descartarse regalos en formato digital, como suscripciones o membresías. ¿No resultaría sorprendente y muy dirigido, encontrar colgado en el arbolito de navidad un año pago de la cuota social de nuestro club? ¿Y cómo sería encontrar un fin de semana pago, en un rincón de las sierras?.
Claro, debe irse con cuidado: incluso las opciones alternativas pueden tener costos de sostenibilidad que requieren consideración: si envío a mis padres de vacaciones, eso tiene asociadas las emisiones de carbono del viaje".
Vintage: Los obsequios de segunda mano son cada vez más accesibles y populares
La compra de regalos no va a desaparecer, al menos en el corto plazo. Pero, dicen los expertos, la gente está comprando cada vez más productos "predilectos" y cada vez más, "cosas que duren".
“El espacio de segunda mano, en todos los segmentos y todas las categorías, ha crecido rápidamente”, dijo Neil Saunders, director gerente de venta minorista de GlobalData, una firma de análisis.
Según la compañía, se espera que el mercado de reventa casi se duplique entre 2015 y 2022. En Argentina, la indumentaria lidera ese camino que va, desde mega empresas, de alcance mundial hasta iniciativas de pequeñas empresas y unipersonales.
Un informe de la Fundación Ellen Macarthur encontró que en 2015, la producción textil resultó en 1.200 millones de toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono. Eso es más que vuelos internacionales y envío marítimo combinados.
"Muchos de los minoristas principales se han subido al tren de segunda mano", dijo Saunders. Levi's y Patagonia, por ejemplo, se encuentran entre las empresas que ahora tienen portales directos para vender ropa usada.
Incluso si un regalo es de segunda mano, la clave es asegurarse de que quien reciba, guste del regalo. Es raro que alguien reconozca que no le gusta la remera que recibió, pero es una práctica que deberíamos incorporar para reducir el desperdicio que representa ese objeto abandonado en el fondo del ropero.
Aunque falta mucho camino por desandar en el reemplazo de la cultura hiper consumista, la tendencia a los “regalos alternativos” parece estar firmemente instalada. Es que pueden resultar muchos beneficios en un solo movimiento: naturalmente, los ambientales si se logra evitar residuos y movimientos; pero también en muchos casos resultará mejor para los bolsillos y, sobre todo, pueden lograrse regalos más significativos y afectuosos.