Sabrina Monteverde es una joven cordobesa de 22 años que padece fibrosis quística, una enfermedad genética y hereditaria que hasta la fecha no tiene cura.

La fibrosis quística genera un deterioro en los órganos del cuerpo, pero existe un medicamento que ayuda en el tratamiento y puede frenarlo. Se llama Trikafta, un tratamiento triple que es altamente efectivo en mejorar la calidad de vida de los pacientes con la enfermedad. El inconveniente es que el costo anual para tratarse es de 300 mil dólares, y Sabrina necesitaría tomar la medicación de por vida.

Por ello, Sabrina decidió recurrir a su obra social, Apross, para que cubra el costo del tratamiento. Ante la falta de respuesta oficial de la entidad, junto a su familia decidieron encarar un juicio, pero el tiempo corre, la enfermedad avanza y la burocracia y la pandemia demoran los procesos.

Convivir con fibrosis quística es doloroso y desgastante. "Me tengo que levantar temprano, hacerme tres nebulizaciones por una hora y media, luego desayunar con alta ingesta calórica. Ahora no estoy trabajando (la joven es diseñadora multimedia), pero cuando trabajaba entrenaba antes, hacía fisioterapia al volver, más actividad física, y otras tres nebulizaciones", comentó a cba24n.com.ar.

A pesar de todo ese esfuerzo, sin el correspondiente tratamiento, la fibrosis quística no se detiene. "Muchas veces me frustro, trato de no pensarlo porque la patología me acompaña desde siempre y sería una mirada pesimista estar pensando que el cuerpo no responde y no podría estar. Hay momentos, como anoche -cuando hizo pública su situación en las redes- en los que me siento muy mal".

Y apuntó que cuando hizo su descargo vía Instagram fue porque estaba en "una situación extrema de dolor y cansancio, generalmente no suelo mostrarlo porque siento que no me representa, pero llegó un momento que ya no pude más. Es agotador para la psiquis. Pero por más que esté desbordada siempre hay que seguir para adelante", reveló.

Sabrina aclaró que no está buscando una ayuda económica. Sólo quiere difundir el caso para que los jueces puedan acelerar el proceso y dar una respuesta.

Sobre el tratamiento con Trikafta, la joven explicó que se toman "dos comprimidos por día, cada caja trae para 28 días, son 12 cajas. Es un tratamiento que voy a requerir de por vida, no es algo que pueda tomar un tiempo y abandonar", detalló.

Además, explicó que ella es quien visibiliza el reclamo, pero que hay muchas personas que conviven con la fibrosis quística y están a la espera de lo mismo: una mejora sustancial en su calidad de vida. Trikafta es un fármaco que sirve al 95 por ciento de los pacientes con FQ, según comentó.