Distintos supermercados chinos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires tomaron una extraña medida, so pretexto de evitar nuevos contagios de coronavirus.

Desde la tarde del jueves, empleados o propietarios que se trabajan en las cajas comenzaron a atender dentro de improvisados corralitos confeccionados con nylon o materiales similares.

Se trata de estructuras montadas sobre soportes como caños de piletas o palos de escoba, dentro de los cuales cabe una sola persona.

De tal manera, se descuenta, intentan restringir el contacto con los clientes que acuden al lugar.

A través de incisiones practicadas a las superficies se comunican con ellos para lo estrictamente necesario: informar precios, responder dudas, entregar productos y recibir dinero.

El pasado mes de enero la Cámara Empresarial de Desarrollo Argentino y Países del Sudeste Asiático (CEDEAPSA) indicó que sus entidades afiliadas aplicarían un riguroso protocolo ante el brote de la enfermedad. Sin embargo, el mismo no establece la creación de los mencionados "corralitos".

Las imágenes de los mismos comenzaron a recorrer las redes sociales por parte de usuarios de la CABA y localidades cercanas.