En un momento en el que los festejos y celebraciones multitudinarias quedaron postergadas, tener un cotillón parece ser uno de los negocios menos apropiados en cuarentena. Pero esa afirmación, hoy puede hacerse de casi todos los rubros y todos los comercios.

Paola Monteverde es contadora, así que de números sabe bastante. Hace casi una década, su profesión la cansó. No encontraba en su actividad motivación suficiente. Por esa razón, decidió hacer algo que la hiciera feliz y que de paso, contagiara alegría. 

Le encantaban las fiestas, prepararlas. Los cumpleaños de niños, la decoración de esos momentos inolvidables más que los balances y las planillas de ingresos y egresos. La decisión era sencilla, quería tener un cotillón. Lo único sencillo del proceso, fue la decisión. Todo lo que vino después, fue complejo y la lleno de trabajo. Sin embargo, el hacer lo que a uno le gusta, compensa.

Así abrió un pequeño comercio plagado de mercadería en el centro de Villa Allende. Festillón, el nombre del Cotillón que ofrece desde globos y descartables, hasta elementos de repostería. 

Todo marchaba de acuerdo a la normalidad subnormal de la economía Argentina, hasta que el virus de la Corona vino literalmente a aguar la fiesta.

Con la cuarentena obligatoria, los cumpleaños y las fiestas parecen relegados a otro momento de la vida. Sin embargo, también en aislamiento se puede encontrar la manera de celebrar.

Paola decidió seguir participando de rituales de festejos, quizás más modestos, para menos personas y en días no tan representativos como los del cumpleaños. Pero no por ello, menos significativos. 

Para activarse y hacer rodar un poco su economía comenzó a ofrecer kits para pasar un poco más divertidos la cuarentena, sobretodo los más pequeños: todo lo que se necesita para hacer masas de colores que duren, molderia para hacer bombones caseros, kits reposteros, para hacer popcakes y otras cosas.

La intención es continuar creando momentos especiales para compartir, hacer meriendas entre los chicos y por qué no, celebrar cumpleaños en cuarentena. Todo esto se puede hacer gracias a la cadetería y los delivery. Una red de personas trabajando para ayudarse entre sí.

Los ingresos no son los mismos, ni un poco. Pero la mente se mantiene activa y la esperanza intacta. De eso se trata también ¿no?.

Cuando todo esto pase, Festillón podrá abrir sus puertas otra vez, y en el mientras tanto, podemos ayudar siguiendo sus redes, difundiendo su actividad.

#NosAyudamosEntreTodos

¿Conocemos a Paola?

Canal 10 - Córdoba