Un ángel en la peatonal: de las calles de Córdoba a un reality internacional
Su voz invade la esquina de 25 de Mayo y San Martin. Florencia Alvarez nació ciega, canta “covers” y les da brillo con su estilo musical.
“Mi sueño es recorrer el mundo llevando mi música”, dice. Tiene 24 años, es la tercera de 6 hermanos cuyas edades van entre los 16 y los 30. Vivió en Barrio Quebrada de las Rosas, pero hace un tiempo se mudó a Alberdi. Florencia nació ciega, a los 6 meses y medio de gestación con retinopatía del prematuro. Sin embargo, dice que esta carencia no la limita en nada y de hecho se trastada sola, vive sola y se desempeña en todos los ámbitos de la vida sin ningún problema. “Nunca me fue imposible nada”, dice. Aunque admite que aún siente la falta de inclusión para personas con alguna discapacidad.
Su pasión por la música nació a los 4 años, cuando ingresó al Hellen Keller y el profesor Adrián De Maráa la incentivó para que formara parte del coro de la institución. Después estudió en el Conservatorio Félix Garzón y se formó con Elvira Ceballos, pianista y cantante ciega y gran referente en Córdoba. A los 14 años ya hacía pequeñas presentaciones como solista en eventos y cumpleaños familiares. Después, gracias al boca en boca, comenzó a cantar en algunos bares de esta ciudad. Su gran sostén son sus padres y su novio a quienes describe como sus pilares.
Se presentó a muchos castings, pero no quedaba en ninguno. Hasta que la vida le dio la revancha y el año pasado ingresó en el Certamen Talento Fox, el primer reality producido por FOX Networks Group para toda Latinoamérica. Llegó nada menos que a semifinales. Allí conoció a grandes referentes de la música como Lali Espósito, Winsin y Diego Torres, que en su devolución le dijo que tenía una hermosa voz, con muchos colores, con una afinación perfecta como un ángel. Y hasta se dio el gusto de cantar con el español Alex Ubago. “Fue una experiencia increíble, muy linda y con mucha repercusión en países como Colombia, Perú y México” desde donde aún le escriben sus admiradores. Pero qué mejor que escuchar al “ángel de la peatonal”: