A los 85 años, murió el genocida Antonio Musa Azar Curi
Condenado a cuatro cadenas perpetuas, fue uno de los personajes más oscuros de los últimos años. Se encontraba internado por un ACV en el Sanatorio Alberdi en Santiago del Estero.
Antonio Musa Azar Curi (85) falleció este sábado por la mañana en el Sanatorio Alberdi de Santiago del Estero, donde se encontraba internado desde el 12 de septiembre a raíz de un ACV. Fue uno de los personajes más siniestros que operó durante la dictadura genocida y aún en democracia, considerándose a sí mismo "dueño" de las vidas de los ciudadanos.
Fue jefe de Inteligencia de la policía de Santiago del Estero de los gobiernos santiagueños encabezados -con interrupciones- por los "caudillos" peronistas Carlos “Tata” Juárez y Mercedes “Nina Aragonés”, entre 1993 y 2003.
Musa Azar Curi se convirtió en uno de los símbolos de la violación de los derechos humanos, que recibió no solamente la condena judicial, sino el repudio de toda una sociedad a medida que se iban conociendo las atrocidades que había cometido.
El secuestro, la tortura, el abuso sexual, la desaparición o la muerte eran parte habitual de sus deleznables procederes, bajo la impunidad que otorgaba la abolición del estado de derecho. Por esas y otras atrocidades había sido condenado a reclusión perpetua por la justicia de la democracia.
Este oscuro personaje continuó en plena democracia haciendo espionaje, operaciones encubiertas, secuestros y asesinatos. Desde su cargo espiaba a aliados y opositores, periodistas, sacerdotes, maestros, policías y quien fuera necesario espiar para asegurar la supervivencia de los gobernadores provinciales para los que trabajaba.
Miles de carpetas con esos seguimientos informativos ilegales que dirigía Musa Azar salieron a la luz luego de la intervención que se hizo de la provincia en 2004. Esa medida extrema fue tomada, entre otras cosas, por la participación del excomisario en el llamado Doble Crimen de la Dársena, cuando los cuerpos de dos jóvenes, Leyla Bshier Nazar y Patricia Villalba, fueron arrojados en un basural a 30 kilómetros de la ciudad Capital.
Las numerosas condenas por los crímenes atroces:
Musa Azar fue condenado a varias cadenas perpetuas, un récord sólo comparable con lo que consiguieron las principales autoridades y generales de la dictadura que sometió a la Argentina a partir del golpe de Estado de 1976.
En 2008 fue condenado a cadena perpetua por la violación y asesinato de Leyla Bshier y Patricia Villalba. Musa Azar era dueño de una reserva ecológica en la localidad de Árraga, donde tenía pumas y otros animales que, se sospecha, fueron usados para hacer desaparecer los restos de Leyla.
En 2010 lo volvieron a condenar a prisión perpetua por el secuestro, tortura y asesinato del estudiante de Derecho Cecilio Kamenetzky.
En 2012 sumó una nueva perpetua por la comisión 43 delitos y por el asesinato de Consolación Carrizo, por la tortura de más de 30 personas y por numerosos secuestros y violaciones sexuales durante la dictadura.
En 2019 fue condenado a otros 15 años de prisión en la llamada Megacausa IV, que juzgó a un grupo de militares denominado la “patota militar”, y en la cual se lo sentenció por haber violado y torturado en varias oportunidades a una adolescente de 14 años.
Las sobrevivientes del terror:
A Musa Azar se le atribuyeron las desapariciones de más de 40 personas. “Musa estaba a cargo de los centros clandestinos. Al de la avenida Belgrano (la más céntrica de Santiago del Estero), Musa iba a cara descubierta. 'Esta es una zorra', decía, señalándome ”, contó Alcira Chávez a Sergio Carreras, periodista de La Voz.
A su vez, Nora del Valle Giménez, que en 1977 era militante peronista, fue secuestrada en Resistencia, Chaco. “Musa llegaba al sitio de detención a cara descubierta y se identificaba: 'Yo soy el comisario Musa Azar'. Participaba abiertamente en las torturas, sin cubrirse el rostro", contó la sobreviviente.
Ni siquiera con la consolidación de la democracia dejó de cometer crímenes de lesa humanidad. En Santiago del Estero nadie se atrevía a criticarlo en voz alta, ya que sabían que sus vidas y las de sus familiares correrían peligro si llegaba a oídos del tenebroso Musa Azar.
Con información de El Liberal y La Voz