Duro testimonio: es cordobesa y tiene a gran parte de su familia secuestrada por Hamas
Romina Engleberth vive desde chica en Israel. Gran parte de su familia está desaparecida e incomunicada desde la irrupción terrorista en los kibutz. Expresó su dolor y preocupación en una entrevista de Radio Universidad.
Israel vive momentos de tensión en el marco del conflicto bélico que afronta tras los primeros bombardeos hace poco más de una semana. En ese contexto, el secuestro de ciudadanos y soldados, de los que en general no hay ni noticias, abre una preocupación internacional.
Sobre esto, en Radio Universidad pudieron conocer el difícil momento que se vive, a partir del testimonio de Romina Engleberth, cordobesa que de chica se mudó con su familia y vive en Israel.
La mujer, que vive a 20 minutos de uno de los kibutz, sufrió el secuestro de gran parte de su familia, que vive en una de esas comunas, que permanecen incomunicados desde la irrupción terrorista de Hamas. Puntualmente su hermana, el marido y las hijas, sus sobrinas.
Romina contó que el mismo sábado en el que empezó el conflicto, a las 6 de la mañana: “Nos despertamos con sirenas, nos fuimos a los refugios y le escribo a mi hermana porque escuchábamos tiroteos y gritos en árabe y ella después de un tiempo me pudo contestar que también estaban en la misma situación allá y de ahí no supe más nada de ellos”.
Al no tener información concreta, su preocupación es que estén bajo manos de Hamas: “Hace once días que no sabemos nada de ellos y quiero creer que están secuestrados y no otra cosa”, dijo entre lágrimas, temiendo el peor de los finales.
Romina admite que tampoco hay un listado preciso de quiénes están secuestrados. Sus parientes en esas condiciones son su hermana Karina Engelbert (51), el marido Ronen Engel (54), y las hijas de ese matrimonio, Mika (18) y Yuval (11). También en la casa vive Tom de 21 años, que es soldado y al momento de los ataques no estaba en el hogar, por lo que se salvó de estos secuestros.
“En el gobierno piensan que están secuestrados, eso nos dijeron”, remarcó al insistir en que hay muy poca información precisa sobre el paradero de estas personas. Tampoco se sabe qué tipo de negociaciones estarían encarando los grupos terroristas para liberarlos. Incluso dijo que el kibutz está cerrado y que solo se permite el ingreso de militares.
“Mi pensamiento está solo en saber cómo está mi familia, no me meto en cosas del ejército porque no se, tampoco en cuestiones de política”, dijo, al insistir que solo espera saber que sus allegados estén bien. Confirmó igualmente que colaboran con todo lo que les piden las autoridades e incluso debieron entregar pruebas de ADN a quienes llevan adelante las investigaciones.
Mientras tanto, permanece con su familia que se compone por ella que está casada, tres hijas adolescentes y un bebé de un año.
Desde los seis años y apenas terminó primer grado en Córdoba,Romina se fue a vivir con su familia a Israel. Actualmente se desempeñaba como maestra jardinera y su trabajo era dentro del kibutz en el que vivían sus familiares.
“Quiero poder volver a abrazar a mi familia y a quienes conozco”, concluyó consternada.