El Tribunal Oral Federal Nº1 será el encargado de juzgar a Juan "El Francés" Viarnes en la causa considerada precuela del "narcoescándalo". 

La acusación es por encubrimiento agravado y circulación de moneda falsa, estafa y falsificación de documento público agravado, en el marco de una investigación que tuvo varios capítulos no exentos de intrigas y traiciones.

Cuando escapó, Viarnes vivió en Paraguay haciéndose pasar por médico en un pequeño pueblo.

 Ese expediente fue la mecha que encendió el narcoescándalo. Todo comenzó la tarde del 19 de julio de 2013, cuando Viarnes fue patoteado en una estación de servicio de Colón y Sagrada Familia por dos personas a las que les había pagado con dólares truchos un auto usado. La pelea atrajo a la policía y luego, cuando allanaron la casa que alquilaba en el Cerro de las Rosas hallaron otros 341 mil dólares que resultaron falsos. También tenía uniformes del Ejército y credenciales con las que se hacía pasar por teniente.

Para no ir preso, Viarnes se presentó como agente encubierto de Drogas Peligrosas y llamó al comisario Rafael Sosa. Pero este le negó la ayuda. Viarnes decidió vengarse y destapó la olla hablando con Canal 10. Contó que trabajaba para Sosa y compañía armando causas a narcotraficantes. “Es una relación de amistad o sometimiento”, dijo. Su casa era la base clandestina donde iba a parar lo que robaban de los operativos.  

Este es el uniforme que usaba Viarnes cuando se hacía pasar por Teniente. Y estos los dólares falsos secuestrados en su casa.

Los artesanos

En la casa de Viarnes había 35 fajos color verde fortuna. Cada uno de esos billetes fue fabricado en Rosario, por una familia de artistas de falsificación: los Carbone.

En un taller, en un lavadero y en una casa a la que llamaban “la obra”, la familia liderada por Diomedes Carbone imprimió dólares y pesos argentinos desde 2010 hasta agosto de 2013 y los distribuyó en varias provincias. En Rosario también estaban vinculados al oscuro universo de la banda narcocriminal “Los monos”. 

Uno de los delivery de billetes en Córdoba era Arturo Rossi, un anciano viudo que hacía de enlace entre los Carbone y los clientes locales, desde Arroyito. Su oficina era el bar “La Terminal” ubicado justamente en la terminal de ómnibus. Mario Carbone, padre de Diomedes, despachaba los billetes dentro de una caja forrada en papel madera, con la leyenda: Sr. Roberto-encargado bar Terminal  Arroyito”, que no era otro que Rossi. 

Pero la primera vez todo salió mal. Fue el 16 de abril de 2010. Alguién puso en una caja 600 billetes de 50 pesos y los envió como encomienda en “El Turista”. El paquete postal nunca llegó a manos de Rossi, porque una empleada se confundió de bar y lo llevo a “El ajedrez”, el boliche ubicado enfrente a la terminal. 

El primer contacto entre Viarnes y los carbone fue la madrugada de marzo de 2013. El expediente sostiene que esa noche “El comisario mayor Rafael Sosa dispuso la actuación de Juan Viarnes como agente encubierto o agente provocador”. Su tarea era hacerse pasar por Juan Alejandro Warner y asociarse a Gabriel “Gordo” Ludueña, narcotraficante de la zona de Punilla. 

En el bar La Terminal o en la casa de Rossi, Ludueña, Viarnes y Rossi cambiaban las “artesanías” de los Carbones por autos usados o dinero en efectivo. Cada peso de dólar falso, en 2013, costaba 2,5 pesos argentinos. 

Los Carbone tenían su "taller" en Rosario y vendían sus billetes a todo el país.

La caída

En uno de esos encuentros, Viarnes y Ludueña fueron hasta Arroyito para hacer una transacción. Viarnes pagó con una Motorhome marca Mercedes Benz y otros autos. El “Gordo Gaby” y el “Francés” viajaron hasta Córdoba y guardaron casi medio millón de dólares rosarinos en la casa del Cerro de las Rosas. La compra, según consta en la causa, fue monitoreada por Sosa. Esa noche, con la información aportada por Viarnes, los agentes de Drogas Peligrosas detuvieron a la competencia de Ludueña: Ricardo Gustavo “El tucumano” García. 

Ludueña cayó preso a los pocos días. Viarnes, en tanto, se dedicó a blanquear parte del medio millón de dólares que tenía en su casa. Compró autos, entre ellos, un Duna propiedad de las personas que lo patotearon en la estación de Servicios, el 19 de julio del 2013.

Pero también compró algunos a pedido de oficiales de la Policía de Córdoba. Un VW Polo comprado con los billetes de los Carbone fue puesto a nombre del sargento de Drogas Peligrosas gustavo Peralta Dattoli. 

El 19 de Julio cuando el escándalo se hizo público, Dáttoli abandonó el auto en en un descampado de Ameghino Sur. 

Ahora, está imputado junto a Viarnes, los Carbone y Sosa en la causa por los dólares falsos, que se ventilará en el Tribuna Oral Federal Nª1 de Córdoba.