Femicidio en Salsipuedes: "Cuando las chicas hablan, no están inventando"
Una exdocente y madre de una estudiante del colegio del que fue expulsado Fabián Romero dio detalles sobre lo que sucedió cuando las estudiantes denunciaron acosos de parte del hombre. Señaló que la comunidad educativa está "conmocionada" y criticó la idea de que a un violento se lo reconoce a simple vista.
El Ipem 387 de Agua de Oro se vio sacudido por el caso del femicidio de Margarita Vascunián y por su presunto autor, Fabián Romero, que había sido docente de esa institución y expulsado por denuncia de acoso por parte de estudiantes.
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Cecilia Panzetta, exdocente de esa institución y madre de la presidenta del centro de estudiantes, contó que si bien con las denuncias se logró apartar a Romero del aula, no hubo seguimiento posterior del caso. "Cuando las chicas hablan, no están inventando. Los signos de alarma están y no se atienden", aseguró la mujer.
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En diálogo con Radio Universidad, Panzetta contó que hay un proceso judicial en curso sobre estas denuncias, además de la investigación administrativa del Ministerio de Educación. De todos modos, reclamó que no hubo la suficiente atención a los reclamos de las estudiantes y trazó una relación entre esas denuncias y el trágico final de Vascunián: "No sabemos si hubiera sido este el desenlace".
La docente recordó que, en primer lugar, ella conoció a Romero a través del relato de estudiantes. Sin embargo, la sensación de quienes tuvieron mayor vínculo personal con el presunto femicida fue distinta: "Muchos colegas y compañeros, por supuesto todos shockeados, una frase recurrente era 'che, pero tan elegante que era' o 'tan buenos modales que maneja'".
En ese sentido, Panzetta propuso "hacer una reflexion profunda para desmitificar que la violencia se ve a simple vista" ya que "si se viera a simple vista, no funcionaría". "La idea de que la violencia se ve a simple vista es la misma que está en el fondo de suponer que se puede desconfiar de un o una menor que te dice 'el profesor me incomoda'", agregó.
Consultada sobre si los relatos de estudiantes del colegio incluían episodios de violencia por parte de Romero, la mujer aseguró que no hubo un testimonio de que podía ser una persona capaz de golpear a otra hasta matarla pero que "una persona que tiene un actitud de acoso sostenido es una persona que claramente lo que requiere es un tratamiento en relacion a su comportamiento patologico y el castigo de la ley como corresponde" y apuntó que alguien con esas características "no es una persona confiable".
Si bien Romero fue apartado del aula por las denuncias, padres, madres y estudiantes quedaron disconformes con la respuesta del colegio: "A las que denuncian las ponen en duda, se sospecha. En este caso, la directora les dijo 'tengan cuidado porque le estarían arruinando la vida a los profesores de los que están hablando'".
"¿El Ministerio de Educación qué hace? ¿El Estado qué hace? ¿La Justicia qué hace cuando hay menores señalando que hay un adulto con una practica determinada? Estamos conmocionados", protestó Panzetta. Al borde de las lágrimas, la mujer concluyó: "Al menos esta situación no ocurrió en una escuela. Es horrible decirlo así pero a la vez no podemos dejar de pensarlo".