Tras el peor pronóstico, una recuperación milagrosa: L. pasa a sala común
El adolescente de 13 años había sido brutalmente agredido por una patota y quedó inconsciente. Primero se dijo que había daños irreversibles, pero su recuperación es asombrosa. De buen humor, a punto de abandonar la terapia intensiva y con ganas de volver a casa.
La historia de L. no deja de conmover a Córdoba. Es que tras quedar gravemente herido luego del ataque de una patota en plaza Jerónimo del Barco, pasó de un pronóstico desalentador, a una recuperación que incluso sorprende a los médicos.
Y la novedad es que luego de despertar y volver a tomar contacto con los padres días atrás, ahora será pasado a una sala común del Hospital de Niños, donde el adolescente de 13 años afronta su recuperación. La expectativa es que ahí podrá ahora recibir la visita de sus amigos y familiares. Pero su deseo es volver a su casa, algo que cada vez parece más cerca.
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“Los médicos nos dijeron que como él ingreso, los pasitos que se dan en la recuperación son re cortitos, pero él da pasos agigantados”, dice con alegría y alivio Mariela, su mamá. “Está mejorando, fuerte, luchando para salir y está saliendo”, agregó.
En diálogo con Canal 10 la mujer contó que si todo sale bien, este mismo martes será derivado a una sala común. Desde ahí afrontará la continuidad de su tratamiento y los trabajos de rehabilitación que tendrá en lo inmediato. E incluso le espera una cirugía.
Sin embargo, la evolución entusiasma a todos. “Está hablando, tiene buena reacción, tiene hambre, quiere comer, no quiere más leche y quiere volver a casa”, dice con alegría su madre, por estas señales de un adolescente que recupera su salud.
La mujer se mostró muy agradecida al personal médico y a todo el equipo del Hospital de Niños por la atención y acompañamiento en esta difícil etapa que le toca pasar. “Súper agradecidos, las 24 horas estuvieron sobre él”, refirió.
“Es un milagro, el de arriba (por Dios) tiene la última palabra, y me quedó bastante claro”, dijo con la esperanza de volver a tener a su hijo en su hogar.