El ministro Caputo acaba de confirmar que el impuesto País bajará del 17,5% al 7,5% que tenía cuando asumió el presidente Milei. 
Al mismo tiempo aseguró que esa medida hará bajar la inflación. Y para aprovechar ese impulso, parece que lo que se gana por un lado, se debe perder por otro, siempre en el altar del déficit fiscal cero.

En el caso de las boletas de energía, el ministro de Economía Luis Caputo analiza junto a su equipo cuál será la magnitud de la suba que aplicará desde el mes próximo. La pauta con la que trabajan las empresas es de entre el 2% y el 4% en el precio de la electricidad y el gas pero también en el sector de transporte y distribución.

En el equipo económico del gobierno vienen trabajando para cumplir con dos objetivos que suelen ser contradictorios. De un lado, quieren eliminar la mayor cantidad de subsidios a los servicios. La vía elegida es trasladar al precio final que pagan los usuarios los subsidios que se retiran.
Y eso se da de cabeza contra el segundo objetivo: conseguir que la inflación baje; o que no retome una senda alcista.

Por eso no sorprende que, tan pronto se anunció la rebaja del impuesto país, desde los despachos de Economía se hayan apresurado a estimar el alcance del posible efecto benéfico sobre la inflación, para volver sobre el recorte de los subsidios.

En esta lectura, la continuidad de la desaceleración en la inflación permitirá sostener la senda del ajuste en las tarifas y el ordenamiento de algunos precios relativos que se activan o desactivan al ritmo del IPC.

Las tarifas de energía eléctrica se componen por el precio de la electricidad propiamente dicha, a lo que se denomina Precio Estacional de la Energía Eléctrica (PEST), a lo que se suman la tarifa de transporte, la de distribución y los impuestos (nacionales, provinciales y municipales). 
En el caso del gas el precio del fluido se llama “Punto de Ingreso al Sistema de Transporte” (PIST) y en la estructura general, es el equivalente al PEST.

Los subsidios del tesoro aplican sobre el PEST y el PIST, a los que se aplica una “bonificación” y es en dónde se debería sentir el impacto de este nuevo aumento. El transporte y distribución es la remuneración de las empresas que prestan esos servicios, cuyos aumentos se gestionan por separado.

Es el caso de EPEC, que gestiona sus aumentos del servicio de distribución con el ERSEP, independientemente de cuánto aumento el valor del Kw que compra la empresa para entregarle a los usuarios cordobeses.