Denuncian a la Clínica Richieri por negarse a atender al niño atragantado con un chupetín
Fue el primer lugar adonde los profesores acudieron luego de que el pequeño sufriera un paro cardio respiratorio y no quisieron recibirlo. La denuncia es por abandono de persona, delito que prevé entre 5 y 15 años de prisión.
La familia del niño que murió luego de atragantarse con un chupetín durante un recreo en el Colegio Fasta Villa Eucarística, accionó penalmente contra la Clínica Richieri por abandono de persona, luego de que personal de ese centro asistencial negara la atención cuando los profesores llegaron con el pequeño en situación de paro cardio respiratorio.
Así lo confirmó Carlos Nayi, abogado de la familia, quien dijo que luego del accidente, el pequeño de 10 años fue trasladado en primer lugar a esa clínica por los profesores, adonde se negaron a recibirlo a pesar de que "había sufrido un paro cardio respiratorio en el camino" y los enviaron al Hospital Ferreyra. "Todo centro asistencial, especializado o no, médico residente o no, y las personas que están a cargo de la recepción, deben saber que están obligados a recibir a una persona en situación de crisis", expresó Nayi.
Más adelante, el letrado sostuvo que "de confirmarse, esto es abandono de persona", un delito previsto en el artículo 106 del Código Penal, que establece una pena de prisión de entre 5 y 15 años para los responsables de la situación. "No entienden que desde el juramento hipocrático, lo que significa las pautas de actuación que debe respetar todo médico, lo prioritario es salvar vidas, más en una situación de emergencia", agregó.
Nayi afirmó que la familia quiere que "se haga justicia", teniendo en cuenta que "los segundos, los minutos en cualquier ser humano en medio de una situación de crisis, marcan una frontera entre la vida y la muerte, y que quizás, de haber sido atendido se hubiese salvado".
Cabe recordar que tres profesores trasladaron en primer lugar al niño a la Clínica Richieri, porque era el centro asistencial más cercano al colegio, adonde se negaron a recibirlo y los enviaron al Hospital Ferreyra, adonde recibió las primeras atenciones medicas. Luego, fue derivado al Hospital Privado, donde finalmente días después dejó de existir.
El hecho ocurrió el miércoles 29 de junio, cuando el niño corría con un chupetín en la boca durante el recreo en su escuela, tropezó y se atragantó con la golosina. El chupetín le obstruyó las vías respiratorias y le provocó la asfixia. Como consecuencia del accidente, el niño sufrió dos paros cardíacos y debieron practicarle una traqueotomía para liberarle las vías respiratorias, aunque finalmente falleció en la unidad de terapia intensiva, donde se encontraba con asistencia respiratoria mecánica.