Cuando las puertas del local de ropa "Nosotras" se abrieron frente a calle Nores Martínez 2816 la cola de gente cubría varias cuadras y llegaba hasta las vías del tren.

Muchos habían acampado desde la noche anterior esperando por llevarse prendas que se publicitaban por Instagram desde $300.

En pocas horas el desborde tomó por completo la zona de barrio Jardín. Algunas de las personas que esperaban entrar hablaban de "trompadas" entre gente que quería avanzar en la cola y otros que habían amanecido sobre la vereda.

Córdoba: furor y largas colas frente a un local que vende ropa a $300

Entre la multitud que esperaba comenzó a rondar un rumor. La ropa que había adentro no sería como lo que se había publicitado para generar expectativa en la apertura del primer local de Pamela Silva (26) en Córdoba.  

Del Instagram de nosotras.cordoba

"No hay mucha variedad como dicen en las redes", dijo una adolescente que salían con su bolsa rosa. Ella entró a las 10:30 de la mañana después de doce horas de espera.

Sin embargo nadie se iba a su casa, todos seguían esperando.

Otro joven sonreía mientras cargaba dos bolsones. Consiguió lo que fue a buscar: ropa barata para revenderla.

"Hemos comprado mayitas individuales a $2.500, algunas calzas deportivas al mismo valor y otras a $5500, mucha mercadería deportiva más que nada para revender", comentó.

-"¿Hay ropa de 300 pesos?", le preguntó el cronista de Canal 10.

- "Hay cajoncitos, con ropas seleccionadas, no es la cantidad que habían publicitado en las redes pero si hay una diferencia grande con los comercios del Centro, es una oportunidad para aprovechar", respondió el joven.

Para el mediodía la multitud seguía firme ocupando varias cuadras. En la puerta del local repartían números para ordenar el desborde, una tarea imposible.

"No vamos a poder descargar porque van a clausurar el local", le dijo el chofer de un flete al móvil de Canal 10 para confirmar lo que la Policía y los agentes municipales evitaban. El hombre viajó desde Buenos Aires para llevar varios palets de ropa.

El final llegó con la faja de clausura que puso la Municipalidad por no contar con habilitación para atender al número de gente que alteró barrio Jardín