Papiloma Humano: afectaría la salud reproductiva masculina
Sugieren que el Virus, genera alto riesgo vinculado al cáncer y parece representar una amenaza para la calidad del esperma. La investigación fue realizada por la UNC y el Conicet.
El virus del Papiloma Humano (VPH) es la infección vírica de transmisión sexual más frecuente en todo el mundo. Señalado como el principal causante de cáncer de cuello de útero, el cuarto tipo de cáncer más usual en las mujeres, también se comprobó que aumenta el riesgo de padecer verrugas genitales y cáncer de pene, ano, boca y garganta en varones infectados.
Aunque afecta por igual a hombres y mujeres, la infección por VPH en la población masculina sigue siendo en la actualidad un campo menos explorado. La investigación sobre sus posibles efectos en la salud reproductiva o fertilidad masculina se está expandiendo en los últimos años.
En esta línea, el Centro de Investigaciones en Bioquímica Clínica e Inmunología (Cibici), de la UNC y del Conicet, cuenta con un grupo de trabajo enfocado en tracto genital masculino, procesos inflamatorios o infecciosos.
Liderado por Virginia Rivero -doctora en Ciencias Químicas- el grupo publicó en la revista científica Frontiers in Cellular and Infection Microbiology una investigación que advierte que las cepas de VPH consideradas de alto riesgo no sólo eran más comunes que las cepas de bajo riesgo en una pequeña población de estudio de hombres, sino que también parecían representar una mayor amenaza para la calidad del esperma.
“En concreto, las infecciones causadas por genotipos de VPH de alto riesgo parecen tener efectos más negativos sobre la fertilidad masculina y la capacidad del sistema inmunitario para eliminar la infección”, afirma Rivero.
Más allá del cáncer, una amenaza para la fertilidad
De acuerdo al Ministerio de Salud de Argentina, se estima que cuatro de cada cinco personas van a contraer uno o varios de los tipos de VPH en algún momento de sus vidas.
Hasta el momento, se identificaron más de 200 genotipos diferentes del VPH, que suelen clasificarse en dos grandes grupos: de alto riesgo y de bajo riesgo.
La cepa considerada de alto riesgo puede detectarse en aproximadamente el 100% de los cánceres de cuello uterino en mujeres y en un alto porcentaje de cánceres anales, genitales y de boca y garganta en mujeres y hombres.
El genotipo de bajo riesgo, en tanto, se advierte en células cervicales anormales pero benignas en las mujeres; y en verrugas en la superficie de la laringe y los genitales en ambos sexos, aunque sin riesgo de cáncer.
Rivero y sus colegas estudiaron los efectos del virus en una pequeña población masculina en Argentina, específicamente, en la ciudad de Córdoba.
En total, se evaluaron 205 muestras de voluntarios varones adultos que acudieron a una única clínica de urología para una evaluación inicial de fertilidad o problemas del tracto urinario entre 2018 y 2021. Ninguno había sido vacunado contra el VPH.
De los 205 individuos analizados, el 19% dio positivo para VPH. En detalle, 20 hombres se clasificaron como positivos para el VPH de alto riesgo, mientras que siete fueron identificados como positivos para el VPH de bajo riesgo.
Para la investigadora, este dato fue llamativo: “Generalmente se sospecha que los casos de hombres con el virus VPH de bajo riesgo son más frecuentes que los de alto riesgo. Sin embargo, nuestro estudio demostró lo contrario”.
El estudio publicado en Frontiers parte de los resultados de la tesis doctoral de Carolina Olivera (primera autora del paper) quien defendió su tesis en diciembre de 2023. En esta primera investigación el objetivo fue estudiar la epidemiología local de la infección del tracto genital masculino por VPH, caracterizando la respuesta inmune inducida, los efectos sobre la calidad espermática y su relación con otras infecciones de transmisión sexual.
En una primera instancia, el equipo estudió las muestras de semen con métodos de análisis rutinarios, siguiendo recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Bajo estos criterios, no se encontraron indicios de diferencias en la calidad del semen entre los grupos.
Sin embargo, mediante el uso de métodos más específicos y de alta resolución, se descubrió que los hombres positivos al VPH de alto riesgo tenían recuentos significativamente más bajos de glóbulos blancos (leucocitos) en su semen.
También se hallaron pruebas de que su esperma puede sufrir daños frecuentes por estrés oxidativo como ruptura de la membrana celular, roturas del ADN e incluso muerte celular incontrolada y no programada.
Según explica Virgina Rivero, “el estudio indica que el VPH de alto riesgo parece suprimir componentes clave del sistema inmunológico en el tracto genital masculino, lo que podría obstaculizar la capacidad del cuerpo para eliminar el VPH, un proceso que generalmente demora entre seis meses y un año”.
Además, la investigadora explica que “la infección no se manifiesta con síntomas ni signos en las personas portadoras de VPH, lo que hace más difícil su detección y su tratamiento”.
Para la especialista, la presencia del VPH de alto riesgo no sólo puede influir en el mayor riesgo de cáncer, sino que favorece las coinfecciones con otros patógenos que también pueden comprometer la fertilidad masculina.
Rivero subraya la relevancia de una detección integral del VPH. “Es crucial comprender los mecanismos biológicos subyacentes para comprender la progresión de la infección, los posibles efectos adversos sobre la salud reproductiva y los riesgos oncogénicos involucrados”, enfatiza.
Debido a que las coinfecciones de transmisión sexual son bastante comunes, el grupo de investigación recomienda un manejo adecuado de las enfermedades de transmisión sexual y alienta la prevención mediante el uso de preservativos, pruebas regulares y tratamientos tempranos cruciales para minimizar los riesgos.
Mientras tanto, continúan la línea de investigación aumentando el número de pacientes masculinos estudiados y enfocándose en los efectos con algunas coinfecciones en particular.
Aumento de infecciones de transmisión sexual
Las enfermedades de transmisión sexual son infecciones que se contagian de una persona a otra usualmente durante el sexo vaginal, anal u oral. Son muy comunes y muchas personas las poseen, incluso sin saberlo. A nivel global hay una tendencia en ascenso de las ITS más frecuentes como sífilis, gonorrea, chlamydia trachomatis y herpes simplex, entre otras.
Factores como la disminución del uso del preservativo, el aumento de las relaciones sexuales casuales y la resistencia antimicrobiana son algunos de los que contribuyen a esta tendencia.
En Argentina, el aumento de sífilis y gonorrea en particular refleja la necesidad de mejorar las estrategias de prevención, aumentar el acceso a servicios de salud, y fortalecer la educación sexual para reducir la incidencia de estas infecciones.
Respecto a la infección por el VPH, Rivero explica que “a nivel mundial y en Argentina la prevalencia sigue siendo alta, especialmente entre mujeres jóvenes y personas con múltiples parejas sexuales. Sin embargo, los datos sobre un aumento de la infección deben interpretarse con precaución. Los avances en los programas de tamizaje y la vacunación han mejorado la detección y prevención del virus”.
Sobre el tratamiento y prevención del VPH en Argentina
La Fundación Huesped indica que el uso correcto del preservativo reduce el riesgo de transmisión del VPH. Sin embargo, no lo elimina del todo ya que el virus puede alojarse en puntos de la zona genital-anal que no quedan protegidos por el profiláctico. Aun así, se aconseja siempre su uso ya que también previene otras infecciones de transmisión sexual.
En Argentina la vacuna incluida en el calendario es la conocida como tetravalente. Esta previene los dos genotipos de alto riesgo más frecuentes (VPH-16 y VPH-18), responsables de cerca del 80% de los casos de cáncer de cuello uterino. Y protege además contra otros dos genotipos de bajo riesgo (HPV-6 y HPV-11), asociados con verrugas genitales.
A partir de octubre de 2011, la vacuna contra el VPH forma parte del Calendario de Vacunación argentino para todas las niñas a los 11 años y en el año 2017 se comenzó a aplicar a niños de la misma edad. A partir de 2024, según recomendación de la OMS, se aplica una sola dosis de vacuna.
También se indica la vacuna a todas las personas inmunocomprometidas, con VIH o con trasplantes de órganos entre 11 y 26 años. En estos casos se indican 3 dosis (0-2-6 meses).
Ficha técnica
Título de la investigación: Impacto de las infecciones por virus del papiloma humano de alto y bajo riesgo en el tracto genital masculino: efectos sobre la inflamación del semen y la calidad del esperma.
Autoría: Virginia Rivero, Carolina Olivera, Daniela Paira, Andrés Olmedo, José J. Olmedo, Andrea Tissera, Rubén Motrich, Cecilia Cuffini.
Instituciones participantes:
Centro de Investigaciones en Bioquímica Clínica e Inmunología (Cibici), Conicet. Facultad de Ciencias Químicas, Universidad Nacional de Córdoba.
Centro de Excelencia de la Federación de Sociedades de Inmunología Clínica (Focis). Centro de Inmunología Clínica de Córdoba (Cicc).
Dirección de Asistencia Social del Personal Universitario (Daspu), Universidad Nacional de Córdoba.
Fundación Urológica Córdoba para la Docencia e Investigación Médica (Fucdim).
Laboratorio de Andrología y Reproducción.
Instituto de Virología Dr. José María Vanella, Facultad de Ciencias Médicas, UNC.
Fuente: UNCiencia