La primera película de Fito Páez
Cuando hacía solo tres años que había comenzado su carrera solista, el rosarino protagonizó un mediometraje del que se sabe poco y nada. Este es el detrás de escena de "Ciudad de pobres corazones", una realización que dirigió Fernando Spiner, con guión del mismo Spiner y del periodista Marcelo Figueras
La historia de cómo nació el disco, para pesar de todos, incluso de su mismo generador, Fito Páez, es bien conocida a esta altura. Hay un buen libro que lo cuenta, también está la serie de Netflix, que ubica como centro dramático de su relato (no es spoiler sino información, nomás), ese dramático momento de la vida de Páez.
Y hay una película, dirigida nada menos que por Fernando Spiner, y escrita, muy en tono de la época, por el mismo Spiner y el por entonces muy joven periodista Marcelo Figueras.
Ciudad de pobres corazones no es el único acercamiento de Spiner al rock. En ese mismo año 87 hizo Balada para un Kaiser Carabela con Luis Alberto Spinetta.
En 1988, Spiner hizo su debut en largometrajes con La sonámbula, recuerdos del futuro, que escribió junto a Ricardo Piglia y Fabián Bielinsky, y que protagonizó Sofía Viruvoff, por entonces su pareja. La actriz también tiene un papel importante en la película con Fito Páez.
Luego de eso, en 2010, alcanzó el gran reconocimiento internacional con su western gauchesco Aballay, el hombre sin miedo, basado en el cuento del mendocino Antonio Di Benedetto, que llegó a representar a la Argentina en los Oscar como Mejor Película Extranjera.
También es conocida su actividad como realizador de televisión. En 1993 dirigió Zona de riesgo y al año siguiente, Poliladron.
Su último film es La boya, de 2018, realizado en buena parte en su ciudad natal, Villa Gesell. Actualmente se encuentra rodando Weser, sucesora de la anterior y que será la segunda parte de lo que promete ser una trilogía marítima.
Figueras es periodista, escritor, guionista y sobre todo, cinéfilo. Correspondería destacar su novela El muchacho peronista y sus guiones para los filmes Plata quemada y Kamchatka. Recientemente escribió el libro de memorias del Indio Solari, Recuerdos que mienten un poco, y acompañó a la ex presidenta y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner a las presentaciones de su libro Sinceramente.
Antes de ser una notoriedad como novelista y guionista, Figueras escribió en las revistas Humor y El Periodista, y en ese tiempo se encontró con Spiner y con Páez.
El rosarino acababa de hacer Lalalá con Luis Alberto Spinetta, cuando supo que habían asesinado a su familia en Rosario. Eso motivó la realización de Ciudad de pobres corazones, claramente su disco más violento y más oscuro. Más enojado podría decirse.
El álbum Ciudad de pobres corazones no fue un gran éxito, si bien tiene temas que luego serian clásicos de su obra.
La escasa repercusión comercial de ese disco y del siguiente, Ey!, fuertemente influenciados por la poesía maldita de Charles Bukowsky y por la música de Prince, que lo mostraba muy alejado del rosado muchacho que había gestado discos como Giros, el de Yo vengo a ofrecer mi corazón, determinaron que su compañía discográfica, EMI Odeón, no le renovara su contrato.
Así fue como Páez llegó a Warner, que tendría una enorme recompensa económica con Tercer Mundo y sobre todo con El amor después del amor en el arranque de los 90.
Como la serie de Páez está en el streaming de Netflix, que es una plataforma no gratuita, se puede celebrar que Ciudad de pobres corazones de Spiner esté completa en Youtube, donde el acceso es libre.
Esa película, rodada con bajo presupuesto en el local de Palladium, en ese momento sede de los más importantes conciertos del rock local, se puede ver como una buena instantánea de época y también como un buen retrato de los afilados caminos que caminaba Páez en ese momento.