Las melodías de D10S: ¿qué canciones cantó Maradona?
Su historia y su personaje inspiraron decenas -cientos, por qué no- de obras musicales. Pero también él estaba atravesado por la música. ¿Qué música escuchaba Diego? Tangos, canciones románticas y clásicos de Nápoles: acá va el repertorio de Maradona cantado por Maradona.
Hoy falta una voz. Esa voz le ha hablado a un micrófono desde los tiempos en que la memoria se pierde, ha gritado desgañitando la garganta, ha insultado, casi siempre con justicia. Ha pronunciado palabras terribles y lúcidas, y ha soltado frases inolvidables. Esa voz que todos reconocemos es la que ha dicho verdades incómodas y alguna que otra mentira.
Esa voz es la del Diego. Y también ha cantado.
¿Qué música escuchaba Maradona? Vale la pena darse una vuelta por el repertorio que alguna vez cantó y que -como todo en su vida- quedó registrado.
Tanguero viejo
“Yo me fui a los 22 años sin conocer el tango y volví con un tango en la camioneta llorando”, contó en una entrevista con TyC Sports poco antes de su muerte. Ese tango era “El clavelito”, de Ángel Cabral y Reinaldo Yiso, que popularizó el cantante Miguel Montero.
Reinaldo Yiso, letrista de aquel tango, fue también quien le puso las palabras a una historia que podría haber sido la del propio Diego si no fuera porque “El sueño del pibe” fue compuesto en la década del 40, 18 años antes del nacimiento del 10 en el hospital Eva Perón de Lanús.
La letra original menciona al “gran Bernabé” Ferreyra, el mortero de Rufino, por el que River pagó la “fortuna” de 32 mil pesos a Tigre y se ganó el apodo de “Millonarios”. Pero la parte que más nos interesa es en la que el protagonista de la historia le promete a su madre: “Seré un Baldonedo, un Martino, un Boyé”. Emilio Baldonedo, de Huracán, el jugador argentino que más goles marcó con la selección ante Brasil; Rinaldo Martino, de San Lorenzo, integrante del Terceto de Oro azulgrana y, una vez retirado, fundador del mítico local tanguero “Caño 14” en Buenos Aires; y Mario Boyé, leyenda de Boca.
Esos nombres fueron modificados en las diferentes versiones cantadas por el Diego. En el programa de Gasalla, el pibe sueña con ser “un Maradona, un Kempes, un Olguín”.
En La Noche del 10, programa que conducía por Canal 13, con Edson Arantes do Nascimento al frente, la ensoñación del pibe lo hacía buscar ser “un Maradona, un Bati, un Pelé”.
En 1988, Maradona fue a “Grandes valores del tango” con su mujer Claudia y su hija Dalma. Cantó “Caminito” mano a mano con Hugo Marcel, una voz popular del tango desde fines de la década del 50.
En 1991, Maradona fue detenido en una mañana blanca, en la oscuridad de un departamento en Franklin 896, Caballito. Decenas de periodistas, fotógrafos y cámaras de TV esperaban en la puerta. Habrán pasado ahí de casualidad después de un llamado policial, como también era seguramente casual la necesidad del gobierno de Menem de tapar el escándalo de la aduana paralela, conocido como Yoma Gate.
Así llegó a Oriente, una localidad mínima a kilómetros de las playas de Claromecó. Así llegó a Tres Arroyos a jugar un partido a beneficio de “Caminemos juntos”, un centro para personas con discapacidad. La historia es contada en detalle por la cuenta de X Club de Hilos de Fútbol. La noche terminó con una cena multitudinaria en una parrillada y cena show. El artista: Diego Armando Maradona. Dio un discurso, lloró emocionado y cantó “Cucusita”, un fresco kitsch de Alberto Castillo con letra de Carlos Lucero e inmortalizada en la voz de Miguel Montero, que cuenta la historia de una nena que le pide al doctor una cura mágica para su hermanita que no puede caminar.
La lengua popular
Las obras elegidas por Maradona se vinculan directamente con la corriente más popular, barrial, del tango como género. Gustavo Visentín, formidable cantor que integra la Orquesta Provincial de Música Ciudadana de Córdoba, reflexiona sobre esas elecciones del repertorio maradoneano: “Más allá de la importancia de la complejidad de la poesía de Manzi, Discépolo, descubre con el tiempo que la poesía que uno puede tildar de cursis o ramplonas, son las que más se aproximaban a las penurias de la gente simple”.
¿Y el Diego era buen cantor? “Claro que cantaba bien. Tenía ese modo sencillo, humilde, de cantantes de reuniones familiares que además sabían cantar muy bien porque los arquetipos que tenían para imitar eran muy buenos cantores. El Pelusa se crió con los de la década del 40 y del 50 todos cantaban bien”, argumenta Visentín. Pero el análisis del Maradona cantor se profundiza: “Por simple imitación terminas cantando bien. Además Maradona no tiene la afectación de la época de Grandes Valores del Tango. Canta a tempo, muy afinado, sin esa espectacularización que vino después. Es emocionante escucharlo cantar”.
El napolitano
Siete años demoró Diego Armando Maradona en ponerse a la altura de San Gennaro, santo patrono de la ciudad, en el podio de los corazones napolitanos. Al poco tiempo de su llegada ya hay registros del Diego hablando un italiano más que digno, salpicado del dialecto de la ciudad. Eso no demoró en llegar al canto.
“’O surdato ‘nnammurato” –“El soldado enamorado” en español- es una canción representativa del orgullo napolitano. Se canta por los callejones y en las tribunas del San Paolo que ahora se llama Stadio Diego Armando Maradona. Cuenta la historia triste de un soldado que se aleja de su amada para ir a la Primera Guerra Mundial. Otra retrato kitsch a la altura del artista con la 10 en la espalda.
Tras ganar el primer Scudetto con el equipo del sur, el plantel del Nápoli cantó una versión televisiva de “La favola piú bella” (“La fábula más bella”), un himno para los tanos. La canción arranca con Maradona cantando la primera estrofa:
He venido de lejos / aquí es mi casa
Ya te conocía Nápoles / segunda madre mía
Gracias por llamarme hijo / ahora que te estoy cerca
Gracias por todo lo bien que me has hecho
Hay una canción que evidentemente estaba arriba en la preferencia del 10. Sonó en los tocadiscos de toda Italia cuando Massimo Ranieri la lanzó en 1988 y ahí la empezó a cantar también Diego.
Y la volvió a cantar años después con su hijo napolitano, que era un recién nacido cuando el tema apareció.
Pero hay una versión más emocionante. Gigi D’Alessio al piano y un coro integrado por Giuseppe Bruscolotti (defensor que le cedió la cinta de capitán de Nápoli a Diego), Bruno Giordano (tercer integrante de la MAGICA, el trío Maradona-Giordano-Careca) y Fabio Cannavaro, capitán de la Italia campeona del mundo en 2006, Balón de Oro de ese año, un napolitano hecho y derecho criado al calor de la idolatría por Diego. El cantante solista fue, obvio, Maradona.
La canción romántica italiana quedó tatuada en el gusto musical de Maradona. Hay registros del Pelusa cantando canciones como “Un giorno all’improvviso”, “L’italiano” o “Cient’anne”.
Bonus track
Estas grabaciones encontradas en el amplio océano de internet se complementan con algunas otras perlitas de la canción nacional. Al pie de un avión en una conexión entre vuelos en San Pablo, se ve a Maradona entonando “Libre, solterito y sin nadie” y tirando unos pasos.
En sus últimos años, hay varias tomas de Maradona micrófono en mano y haciendo karaoke, ya sin la voz límpida y afinada de décadas anteriores. Así podemos encontrar grabaciones de “Te quiero, te quiero” (el tema es de Nino Bravo pero el 10 canta encima de la versión de Rosario Flores y Diego el Cigala) o “Fuiste mía un verano”, de Leonardo Favio. Esta última de gran coherencia narrativa por las características de ambos personajes.
Maradona de estudio
Por último, vale la pena recordar aquellos registros más profesionales de la carrera musical del Diego. En el disco “El duende azul” de Pimpinela, lanzado en agosto de 1986 -unas semanas después de la obtención de la Copa del Mundo- se puede escuchar la voz de Maradona en el track 1: “Querida amiga”. En esos años, el 10 tuvo una relación sentimental con Lucía Galán.
Pero con el artista con el que más grabó en estudio fue con Andrés Calamaro. Según el testimonio de Coti Sorokin, Diego llegó a las sesiones de grabación de Honestidad Brutal y estampó voces en algunos coros. Se puede escuchar más nítidamente en “Hacer el tonto”. Ese álbum salió en 1999, pero 23 años después Calamaro editó “Honestidad Brutal Extra Brut”, y ahí publicó un gran hallazgo: una versión de esa canción pero con Diego como voz principal.
No fue lo único que grabaron juntos. En el CD 6 de “Obras incompletas” se puede escuchar una taciturna versión de “El día que me quieras”, de Gardel y Le Pera, que Diego y Calamaro cantan a dúo.