Amianto: occidente termina de cerrar la puerta al peligroso cancerígeno
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos finalmente propone prohibir el tipo más común de asbesto que causa cáncer. Junto con China, Italia, India y Rusia, son los 5 exportadores más importantes del cuestionado componente.
El amianto o asbesto, del latín “amiantus: incorruptible” o del griego “asbesto: incombustible” es una fibra natural que por sus características técnicas excepcionales, se ha utilizado en múltiples aplicaciones en construcción, industria y productos de gran consumo.
Todas las variedades se caracterizan por su incombustibilidad, un buen aislamiento térmico y acústico, y su resistencia a altas temperaturas, al paso de la electricidad, a la abrasión y a los microorganismos. Estas propiedades hicieron del amianto un elemento muy utilizado en la industria química y de la construcción. Se remonta a 1880 la primera explotación moderna de amianto y, de una forma más o menos intensa, se ha utilizado durante todo el siglo XX. En Argentina, el período de máxima utilización se dio en la década de los 80, popularizado como fibrocemento.
A medida que se utilizaba, fueron conociéndose los riesgos que representaba para la salud la inhalación de sus fibras y, lentamente, se ha ido procediendo a la prohibición de sus distintos usos. En Argentina, aunque en los 90 algunas resoluciones del Ministerio de Trabajo pusieron la lupa sobre el tema, la prohibición de producción, comercialización e importación tomó cuerpo en el año 2000, con sucesivas resoluciones del Ministerio de Salud.
Las principales enfermedades asociadas al amianto son: asbestosis, cáncer de pulmón, mesotelioma pleural y peritoneal, cáncer gastrointestinal, de laringe, colon-rectal y otras.
Mejor tarde que nunca
La EPA (Environmental Protection Agency- EEUU) lo clasifica como el principal agente cancerígeno que se conoce y, sin embargo, su prohibición no estaba vigente en Estados Unidos. De hecho, durante la gestión Trump, se relativizaron las restricciones de uso. Ayer finalmente, EPA propuso prohibir el asbesto crisotilo, la forma más común del mineral tóxico que todavía se usa en los Estados Unidos.
También conocido como “asbesto blanco”, se mantuvo en el mercado a pesar de décadas de investigación que muestran que es un carcinógeno mortal, relacionado con unas 40 000 muertes en los EE. UU. cada año. Los fabricantes de cloro y las empresas que fabrican sistemas de frenado de vehículos y juntas de láminas aún importan amianto crisotilo y lo utilizan para fabricar nuevos productos.
“Este es un gran paso adelante”, dijo Betsy Southerland, quien dirigió ciencia y tecnología en la Oficina de Agua de la EPA antes de jubilarse en 2017. “Finalmente nos estamos poniendo al día con el resto del mundo”.
Es que son 69 países los que ya han prohibido el asbesto, utilizado en productos tan variados como material de construcción de viviendas, tanques de agua y piezas de automóviles, telas, juguetes para niños y cosméticos.
Philip Landrigan, quien dirige el programa de salud pública global de Boston College, dijo: “Todos los países del mundo que han prohibido o reducido el asbesto han visto una caída en las enfermedades y muertes”.
El resto del mundo
Lo cierto es que Estados Unidos conformaba el quinteto de principales exportadores de amianto del mundo: quedan ahora China, que en 2020 exportó un 35% del amianto comercializado en el mundo, Rusia, Italia e India.
En el sur del continente africano, Botsuana resultó ser el principal importador del mundo: en 2020 uno de cada cuatro kilos que se importaron en el planeta fueron a parar al país que tiene un 70% de su superficie cubierta por el desierto de Kalahari.