La Interleucina 11 (IL-11) es una proteína relativamente pequeña (pesa 23 mil veces lo que un átomo de hidrógeno), aislada por primera vez en 1990 de células de la médula ósea. Una más en el millonario universo de la bioquímica.

Desde entonces, le descubrieron participación e influencia en multitud de procesos: en el desarrollo de los huesos, de la sangre y en la respuesta inmune del organismo. También le describieron funciones en tejidos como el cerebro, intestinos y testículos. Dentro de su abanico funcional se sabe que juega algún papel durante la implantación del blastocito en el endometrio del útero. En fin, un verdadero comodín biológico.

Por eso es difícil imaginarse que hacia el año 2017, cuando la profesora adjunta Anissa Widjaja, de la Facultad de Medicina de Duke-NUS en Singapur, empezó a examinar muestras de tejido para medir los niveles de la IL-11 tenía en mente encontrarse con un milagroso elixir de la vida. 

La Dra. Anissa Anindya Widjaja comenzó su tarea en 2017. Imagen: DUKE-NUS MEDICAL SCHOOL, NORFAEZAH BINTE ABDULLAH
La Dra. Anissa Anindya Widjaja comenzó su tarea en 2017. Imagen: DUKE-NUS MEDICAL SCHOOL, NORFAEZAH BINTE ABDULLAH

No exageramos; al menos si aclaramos que, por ahora, estamos hablando de la vida de ….  los ratones. Acaba de publicarse esta semana un estudio en Nature donde se demuestra que ratones de laboratorio experimentan un extraordinario rejuvenecimiento cuando la IL-11 es inhibida. 
La investigación, que destaca el papel crucial de IL-11 en la regulación de enfermedades asociadas a la edad y la longevidad, podría ser un paso hacia la ansiada fuente de la juventud.

Es que la IL-11 también se ha identificado como un factor clave en procesos inflamatorios. A medida que los ratones envejecen, la IL-11 aumenta su concentración en diversos tipos celulares y tejidos, afectando vías críticas del metabolismo, las cuales son esenciales para la salud metabólica y la longevidad. 

Descubirmiento clave

Esto orientó a los investigadores a inyectar un anticuerpo dirigido específicamente contra la IL-11 (un anti IL-11) en ratones de 75 semanas, lo que equivale a una persona de aproximadamente 55 años. 
Los resultados fueron sorprendentes: los ratones tratados alcanzaron una media de 155 semanas de vida frente a las 120 semanas de los no tratados. Un poco menos en los machos que en las hembras: un 22,4% más los machos y un 25% más las hembras. 

Lo mismo, es un montón. En 2022 la esperanza de vida promedio en Argentina es de 76,06 años. Ese año la esperanza de vida de las mujeres fue de 79,28 años y la de los hombres fue de 72,85 años. Un 20% de 76 años son como ¡Quince años!

Pero claro, no solo queremos vivir más, sino, mantener o mejorar la calidad de vida. Y eso es precisamente lo que parece haber provocado el tratamiento con Anti IL-11. 
No solo prolongó la vida, sino que mejoró la salud general, reduciendo la incidencia de cáncer y otras enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como la fibrosis, la inflamación crónica y el metabolismo deficiente. Apenas se observaron efectos secundarios.

Los ratones tratados mostraron una reducción del desgaste muscular y una mejora en la fuerza muscular. Es decir, los ratones viejos que recibieron anti-IL11 estaban más sanos.

¿Y en las personas?

Aunque el trabajo se realizó en ratones, se espera que estos hallazgos sean muy relevantes para la salud humana, dado que los investigadores observaron efectos similares en estudios de células y tejidos humanos.  

Los autores consideran que “esta investigación es un paso importante hacia una mejor comprensión del envejecimiento y se ha demostrado, en ratones, una terapia que podría potencialmente prolongar el envejecimiento saludable, al reducir la fragilidad y las manifestaciones fisiológicas del envejecimiento”.

Al enfocar terapias en la inhibición de IL-11, se podría mitigar la inflamación crónica y mejorar la salud metabólica, dos pilares fundamentales en la lucha contra el envejecimiento.