La tensión diplomática entre Brasil y Nicaragua, iniciada en 2023 tras los intentos de mediación del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en la situación interna nicaragüense, se agravó durante la última semana con los cuestionamientos y reparos a los resultados de las elecciones presidenciales en Venezuela. 

Como último episodio de la serie, este jueves se produjo la recíproca expulsión de embajadores desde Managua y Brasilia.

Esta mañana, el Gobierno de Daniel Ortega decidió la salida del embajador brasileño en Managua, Breno Souza da Costa, después de que el diplomático no asistiera a la conmemoración del 45° aniversario de la revolución sandinista el pasado 19 de julio, una fecha clave para la administración de Ortega.

De respuesta rápida, en la tarde del jueves Lula tomó la misma determinación y expulsó a la embajadora en Brasilia, Patricia Castro Matus.

Según trascendió, Matus estaba con aviso de la expulsión y debía abandonar Brasil este jueves. El Gobierno de Nicaragua no ha hecho comentarios al momento.

Boric dijo no tener dudas de que Maduro “trató de cometer fraude”

La expulsión confirma la degradación de las relaciones entre Lula y gobiernos de centro-izquierda en la región, vínculo afectado sensiblemente luego de las elecciones presidenciales de Venezuela, de las que todavía no han sido publicadas de manera completa las actas electorales. 

Brasil, al igual que Chile y Colombia, vienen exigiendo a las autoridades venezolanas que publiquen las actas. Gabriel Boric fue un poco más lejos al decir que cree que Maduro “intentó hacer fraude”. 

Ortega, aliado estrecho de Maduro, criticó a los mandatarios sudamericanos por querer “hacer de jueces” en las elecciones de Venezuela, puestas en duda por diversos países como por organismos independientes como el reconocido Centro Carter.