La obra Se despide el campeón del dramaturgo riotercerense Fernando Zabala y en la que fue nominado Sergio Pereira como mejor actor en unipersonal al premio Florencio 2022 (máximo galardón entregado por la Asociación de críticos del Uruguay ACTU), estará participando próximamente en la 10º edición del festival Montevideo De Las Artes. Las funciones son los días sábado 28 y domingo 29 de enero a las 20.30 en Sala Verdi.

El monólogo de Zabala está dirigido por Alfredo Goldstein y cuenta con la actuación de Sergio Pereira. “Estoy muy contento de que “Se despide el campeón” participe de este gran evento. Montevideo de las Artes es uno de los festivales de teatro más importantes que tiene hoy Uruguay. Hay más de 200 elencos que participan y entre ellos, hay también compañías internacionales”, expresó Zabala en diálogo con Cba24N. 

"Se despide el campeón" de Fernando Zabala - Foto Alejandro Persichetti
"Se despide el campeón" de Fernando Zabala - Foto Alejandro Persichetti

Se despide el campeón es una confesión con varios destinatarios. Una trama donde el melodrama y la crónica policial se atan de manera indisoluble, al tiempo que se va creando un particular triángulo a puertas cerradas, mientras la sociedad parece ajena a los fuegos que arden debajo de la piel de los personajes. “Se despide el campeón ganó en 2022 el apoyo de Fortalecimiento de las Artes, un premio que es otorgado por la intendencia de Montevideo y que, por ese motivo, quedó seleccionado para ser parte del festival que tiene más de 110 funciones programadas en toda la ciudad”, explicó el dramaturgo.

"Se despide el campeón" de Fernando Zabala - Foto Alejandro Persichetti
"Se despide el campeón" de Fernando Zabala - Foto Alejandro Persichetti

Sobre el origen de la obra, Zapala detalla: “En la mayoría de las obras los dramaturgos escribimos por asociación, este caso no fue la excepción y los elementos fusionados vinieron de universos tan variados como diferentes. Se despide el campeón nació con una noticia insólita que venía de Puerto Rico. Velaban un boxeador erguido y embalsamado sobre un cuadrilátero, los familiares se sacaban fotos con el muerto y lo habían vestido con yort, guantes, bata, y con todos los chirimbolos del mundillo del box. Me acuerdo que cuando vi la noticia quedé helado y la archivé de inmediato. Luego por esas cosas del destino, a las semanas me choqué con ¨Fragmento de un discurso amoroso¨ de Roland Barthes y el cruce de esos dos universos tan inefables como antagónicos se hizo posible en mí cabeza. En ese relato Barthes hablaba del amor embalsamado en las distintas etapas de enamoramiento. Allí sobrevino ineludiblemente la metáfora pasional como poética y, por ende, su triangulación amorosa como tragedia”.