Murió Alberto Fujimori, el expresidente y dictador del Perú
Falleció en la casa de su hija Keiko, nueve meses después de haber dejado la cárcel. Tenía 86 años.
Nueve meses después de haber dejado el penal de Barbadillo, en Lima, gracias a la decisión del Tribunal Constitucional que le repuso el indulto humanitario recibido en 2017, el expresidente de Perú, Alberto Fujimori, falleció este miércoles a los 86 años en la casa de San Borja donde vivió con su hija Keiko, líder de Fuerza Popular.
Según el medio El Comercio, Fujimori se encontraba “delicado” de salud desde hace una semana.
En una coincidencia histórica, Fujimori falleció exactamente el mismo día, tres años después, que el líder de Sendero Luminoso Abimael Guzmán
Su delicado estado de salud de los últimos días fue confirmado por el subsecretario general de Fuerza Popular, Miguel Torres, quien subrayó que el exmandatario estaba “pasando por un momento muy difícil”.
Otras fuentes de El Comercio expresaron que desde que el expresidente sufrió una caída en junio último, su salud fue degradándose.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, a través de X manifestó su “preocupación” por la salud de Fujimori e hizo “votos por su pronta recuperación”.
Según publica El Comercio, pese a las condenas que tuvo, se “seguirán estrictamente los protocolos fijados por la cancillería”. Es decir, le rendirán honores de Estado a Fujimori en su calidad de expresidente.
El Decreto Supremo N.096-2005-RE, en su artículo 59, establece que, al conocerse el fallecimiento de un expresidente, “se izará a media asta el Pabellón Nacional en los edificios públicos, bases militares, buques, establecimientos policiales y demás dependencias del Estado y se decretará duelo oficial el día de la inhumación de los restos mortales en consideración a su alta investidura”.
Durante el decenio de Fujimori en el poder se cometieron graves violaciones a los derechos humanos y se constituyó la mayor red de corrupción de la historia del Perú, encabezada por el asesor Vladimiro Montesinos
El exjefe de Estado fue condenado en el 2009 a 25 años de prisión por los delitos de homicidio calificado con alevosía por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta y secuestro agravado por las detenciones del empresario Samuel Dyer y el periodista Gustavo Gorriti. Ambos fueron aprehendidos ilegalmente el 5 de abril de 1992, cuando Fujimori dio un golpe de Estado.