Un estudiante argentino quedó entre los 10 mejores del mundo y podría ganar US$100.000
Nicolás Monzón, de 25 años, fue destacado por sus logros académicos y su impacto en la sociedad. Estudia tres carreras, toma clases de computación y creó una start up. Te contamos su historia.
Nicolás Alberto Monzón es el joven argentino de 25 años que quedó entre los diez mejores estudiantes del mundo, al avanzar en el Global Student Prize 2022, que tiene un premio de 100 mil dólares para el primer lugar. En su segunda edición, el galardón reconoce los logros extraordinarios de jóvenes impulsores del cambio en todo el mundo.
El joven es oriundo de la localidad bonaerense de Quilmes y fue seleccionado entre casi 7 mil nominaciones y postulaciones de 150 países. Estudia tres carreras: Ingeniería en Informática en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), y Licenciaturas de Matemáticas y Física, en la Universidad de Buenos Aires.
Como si todo esto fuera poco, Nicolás fundó una "start up" junto a sus compañeros, que se dedica al desarrollo de software.
Al recibir, hace pocas horas, la noticia de su selección sostuvo que “No me lo imaginaba. Fue una felicidad enorme. Estoy muy agradecido y tengo la certeza de que todo esto que me está pasando me va a ayudar a crecer como persona, como estudiante y empresario", señaló el joven.
Además, dijo que va a poder ayudar a su familia "que siempre atravesó dificultades económicas, y acompañar a mis hermanas con sus estudios”, le dijo Nicolás a Infobae.
Cabe señalar que el destacado estudiante creció en el seno de una familia humilde, con un padre obrero de la construcción y una mamá ama de casa. “Mi infancia no fue fácil. Mi viejo cartoneó, vi a mis tíos pelando cables, a mi vieja y a mi abuela haciendo trueque en la feria, con frío, a las cinco de la mañana, teniendo dos trabajos o a veces sin trabajo. La vida no es fácil”, contó al diario La Nación.
La historia de un joven brillante
Nicolás es un apasionado por las matemáticas desde muy joven. A los 9 años, su abuela le regaló un libro sin saber que era para personas más grandes. Atribuye a este hecho el haber podido avanzar en las materias en el secundario y haberse podido dedicar al cálculo mental.
Mientras terminaba la secundaria, tuvo la oportunidad de dictar un curso de reparación de computadoras y desarrollo de videojuegos. Con el impulso de un profesor, convenció a sus padres de que lo dejaran estudiar en la universidad, y ese mismo profesor lo presentó al programa multimedial, educativo y social Jóvenes en Acción (JEA). Desde allí lo animaron a solicitar una beca con la que comenzó Ingeniería en Informática.
Dos años de carrera lo llevaron a conseguir su primer trabajo profesional y a comenzar dos licenciaturas: Matemáticas y Física en la UBA. Al año, junto a compañeros de la facultad, creó una startup de tecnología llamada Magnetar. Hoy está preparando la tesis para recibirse de ingeniero informático.
Sin embargo, cuando cursaba el último año de secundaria en el Instituto Sagrada Familia de Quilmes, Nicolás no se imaginaba seguir continuar estudiando. Según contó, pensaba que había que “agarrar la pala” y salir a trabajar.
“No era el alumno 10″. “No me gusta estudiar, me gusta aprender y ejercer de lo que aprendo”, dijo el joven seleccionado en declaraciones a TN.
De ganar el premio de 100.000 dólares, Monzón djo que, además de ayudar a su familia, dedicaría otra parte del dinero para Magnetar, y el resto parte para JEA, para “ayudar ayudar a chicos en sus estudios secundarios, universitarios y postuniversitarios”.
En qué consiste el premio a “mejor alumno del mundo”
El galardón es entregado por la Fundación Varkey en alianza con Chegg.org y ante la difusión de las premiaciones, explicaron que se creó para afianzar “una nueva plataforma que resalte en todo el mundo los esfuerzos de estudiantes extraordinarios que, juntos, están transformando el planeta para mejor”.
Para la postulación los estudiantes tienen que ser mayores de 16 años y estar inscriptos en una institución académica o en un programa de formación. Los nominados son evaluados por sus logros, el impacto en sus compañeros, la forma en que marcan la diferencia en su comunidad, cómo superan los desafíos, y cómo encarnan la creatividad y la innovación.
“Hoy celebramos a Nico, y en él a todos aquellos estudiantes que siguen esforzándose por seguir aprendiendo. El lugar donde él está hoy puede ser realmente inspirador para otros jóvenes. Su vida está marcada por innumerables obstáculos y a la vez, por enormes docentes, por una familia maravillosa, por amigos, tutores y una comunidad educativa que mostró que cuando trabaja unida puede hace la diferencia”, expresó Agustín Porres, Director Regional de Fundación Varkey.
Se espera que a fines de septiembre, durante la semana en que transcurrirá la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, se conozca al ganador del premio por 100 mil dólares.