Cómo cerraron las expectativas en las últimas encuestas nacionales
A mediano y largo plazo, una gestión de gobierno gana consenso en la medida en que sus medidas impacten de manera positiva en el metro cuadrado de los electores. Sin embargo, mientras eso suceda, también puede validar su apoyo si es capaz de recrear expectativas positivas a futuro. ¿Qué arrojaron las últimas encuestas nacionales que midieron esa variable? Según la última medición de consultora Delfos, en diciembre 43% de los votantes tenía expectativas de que el presidente Javier Milei podía mejorar la situación del país, vs 49% de pesimistas, lo que arroja un saldo desfavorable de 6 puntos porcentuales (pp), estadísticamente significativo dado un error muestral de +/-2,1% (gráfico arriba). En este caso, la negatividad se ubica algo por encima del 44,4% que votó a Unión por la Patria (UP) en el ballotage de 2023, pero aproximadamente en el mismo orden de magnitud.
El resultado perfila una polarización asimétrica en sentido adverso al oficialismo, que resulta consistente con otra variable similar que reporta el mismo informe: 44% de positiva acumulada (25% que cree que hay que tener fe y 19% que considera que hay que darle tiempo al presidente), vs 55% de negatividad acumulada (16% que se desilusionó con Milei y 39% que nunca tuvo expectativas en él). En este caso, el saldo es aún más desfavorable para el gobierno y trepa a -11 pp, invirtiendo el resultado de la segunda vuelta.
A su turno, según la más reciente encuesta de Fixer, el pesimismo respecto a una mejora en la situación económica del país alcanzó o superó el 50% entre agosto y septiembre, mientras que el máximo optimismo (quienes creen que ya se siente una mejora) se amesetó en torno al 30% al cierre del año; por otro lado, quienes esperan una mejora para este año se estabilizaron en 13% entre noviembre y diciembre, y los que desplazan su optimismo para más adelante vienen cayendo cada mes (gráfico arriba).
En tanto, según la más reciente encuesta de Equipo Mide, el resultado es un empate técnico: 38% espera un mejor próximo semestre, vs 35% de pesimistas (gráfico arriba). El 27% restante se divide entre quienes esperan una continuidad de la coyuntura y quienes no saben o no responden. En este caso, tanto optimismo como pesimismo perforan el umbral del 40% y se acercan a los núcleos duros de La Libertad Avanza (LLA) y UP en el turno electoral 2023.
En cambio, el último informe de Analogías arroja un resultado muy favorable al gobierno: casi 53% cree en una mejoría económica en un plazo de dos años, vs casi 40% de pesimistas (gráfico arriba). En este caso, el saldo favorable es de 13,3 puntos porcentuales, estadísticamente significativo dado un error muestral de +/-2%. Aquí, mientras la negatividad se ubica en el mismo orden de magnitud del voto a UP en la primera vuelta de 2023 (casi 37%), la positividad se acerca al 55,6% que consagró presidente a Milei en el ballotage de ese año.
Finalmente, la medición de D´Alessio/IROL publicada ayer 2 de enero presenta un resultado relativo aún mejor para el gobierno: 57% de optimismo, vs 36% de pesimismo (gráfico arriba). Aquí, la positividad replica el caudal obtenido por Milei en la segunda vuelta de 2023 y la negatividad se ubica en el orden de magnitud del voto a UP en octubre de ese año. En síntesis: 1) el repaso de estas cinco encuestas realizadas en diciembre pasado arroja mucha dispersión y matices en las expectativas 2) eso es síntoma de alta volatilidad en esa variable 3) también sugiere probables sesgos asociados a lo que en opinión pública se conoce como “pensamiento desiderativo” entre quienes se muestran optimistas y, en el otro extremo, sesgos de confirmación entre los pesimistas.