Caras de cartón: historias, sueños y esperanzas de recicladores urbanos
En el Día Mundial del Medioambiente, contamos las historias de Lucas, Nahuel, Lautaro, Micaela y Omar. Trabajan a diario recolectar y recuperar los que otros desechan. Una cadena que ocupa a unas cuatro mil personas en Córdoba.
Detrás de cada persona que busca cartones en la calle, hay una historia. Recicladores urbanos de la Cooperativa La Esperanza relatan sus experiencias y problemas que enfrentan a diario.
Lucas, Nahuel y Lautaro trabajan juntos recolectando cartones en las calles de Nueva Córdoba y Centro. Desde temprano, recorren contenedores y comercios de la zona para llenar los “bolsones”, grandes bolsas de polipropileno tejido, que llevan en sus robustos carros de metal.
Omar y Micaela son padre e hija. Omar desde su infancia trabajó como carrero juntando cartones y escombros. Ambos trabajan actualmente en la planta que tiene la cooperativa en barrio Los Bulevares. Allí clasifican y acopian todo los materiales que reciben de Lucas, Nahuel y Lautaro y cientos de recolectores más repartidos en la ciudad de Córdoba.
"Sueño con terminar mi casita y comprarme una chatita para seguir haciendo lo que hago, progresar un poco más y también ayudar a mi mamá. Dejé una adicción gracias a la Cooperativa La Esperanza. Llegué a hablar con ellos, me dieron un trabajo y dejé de drogarme. Al principio la gente nos miraba mal. Nos rechazaban por andar juntando cartones, pero después nos fueron aceptando poquito a poquito. Hoy entramos a los comercios, pedimos cartón y nos dan. Está dura la mano, pero nos dan". Lucas Charra, 26 años. Barrio Angelelli II.
"Yo pido permiso para circular porque hace media hora nos largamos y ya me ha parado cuatro veces la policía. No nos dejan trabajar para llevar el pan a la casa. Haciendo cartón me detuvieron una vez y me secuestraron un bolsón. No he terminado el secundario. Tenía ganas de hacer una acelerada, pero con esto, con la pandemia, no puedo. Soy reciclador urbano. Ahora me dedico a esto y hay que meterle para adelante". Nahuel Jiménez, 20 años, es de barrio Angelelli II.
"Tengo 16 años, en mi casa somos siete. Arranco a trabajar a muy temprano hasta las 13.30 juntando cartón. El mejor lugar para buscar son las verdulerías. A los comerciantes les pido que me separen el cartón de la basura. Después del laburo, como, me baño y sigo trabajando como mi papá. Me gusta cortar el pasto con él". Lautaro Barrionuevo,
"Yo de chico ya andaba en el carro. A los 18, cuando me junté, seguí en el carro juntando basura, cartón y escombros por Argüello o Villa Belgrano. Tengo tres chinitas y un solo varón y le hemos podido por ahora dar de todo. Con el cartón, ahora te pagan las cosas. Antes no te pagaban nada y podías comer nomás. Ahora, si te dedicás a esto, podés comer y hacer otras cosas más". Omar Ferreyra, 39 años, encargado de la planta.
"Yo reciclo con los chicos. Las bolsas de cartón de primera, de segunda, el plástico o el aluminio. Ponemos en distintos lienzos y los anoto. Yo trabajo desde que tenía 17 años, ayudándolos con mi papá con la recolección de basura en diferentes barrios. Cuando abrió la planta, me vine para acá. Me gusta que podamos seguir progresando". Micaela Ferreyra, 19 años